por

Israel Gayosso Estrada

 

Sólo con mirar

Me sabes a un azul navegante

Donde se pasean las entumidas

Malabaristas rocas, quienes tienen

Ganas de gritar, de escuchar,

Por los siglos cabalgar.

 

Imposible no sentir

Una desgracia eterna

En este oleaje de estrellas

Cabalgantes de mudez.

 

 Planetas rugientes y desolados

Perfumados por la distancia,

Y un ventanal por siempre abierto

De par en par.

 

Colores dorados, negros, blancos

¡Una orgía de pigmentos en el cosmos!

¿Y por qué no liberas tu viudedad? 

Huraño universo de cristal.

 

Dueño absoluto de la miseria

Rey rasposo supremo

Húmedo o seco.

Un rayo retorcido fosforescente

Que te acompaña sin voluntad.

 

Formo esperanza con la Vía Láctea

Un río sensitivo con el espacio

Unas flores con el tiempo.

 

Y este desnudo astro

Caminando por la senda inmensa,

Buscando miopes caricias

Muertas u olvidadas.

 

¡Ay, embalsamada y triste mirada!

Deja de bañar en este hueco

Y cúmulo de desdeñadas galaxias.

 

Las compuertas marchitadas

 Serán para la espantada infinitud,

Y nosotros, testigos en el pálido vuelo

 Sin punto de reunión.

 

¿Y qué es?

 

¿Y qué es el amor?

Una doctrina después

De la vida sombría.

O una danza rinconera

Con labios de decesos.

 

Un llanto difunto del maná

¿Qué es el amor?

Una migaja de almendras

Tan lejanas, como las estrellas.

 

Parlante suspiro centinela

Suelta la mano de gas

No construyas, fértiles agonías

¡Parecen fallecidas!

 

Juegan al amor, los enamorados

Y el mar con lágrimas azules

Por la huida de la brisa,

Envenena su recuerdo como cárcel.

 

La necia paz, la antorcha sin la fe

Y un miserable, con la capa

De polvo demacrando conciencias.

 

¿Y qué es el amor?

Unas cuerdas tan delgadas

Una mañana teñida de la sal

Y un pincel en el balcón de la vejez.

 

Somos inquilinos del papel

De la carta con un beso dibujado

Después arrastrado y arrugado

¡Oh, pobre tinta desazonada!

 

Baldíos los humos sobre los ecos

Y las redes del sol, no me cobijan

¡Sólo me estorban!

Ni la voz deletreado su nombre

Me consuela.

¡¿Qué sigue siendo el amor?!

 

Un mendigo anónimo aprensivo

O una ventana abierta, llamada garganta.

Preguntémosle a la erizada lágrima

Que finca en tu mejilla.

 

  

En la insaciable
de tu
búsqueda

 

Yo, folclórico músico

Tú, mi delicado cisne violín

Y nuestro amor

Quemando las cuerdas sublimes

En atrevida botina pasión.

 

Mas cierro como un loco

Mi relámpago modorra.

Y abro los ojos portales

De mí frustrada realidad.

Y en mi terso lecho

—nunca estrecho—

Habitas como la oda para el poeta.

 

Te buscaré en los cielos azules

Escondidos de Moisés,

Caminaré por las llamaradas

De las hadas…ahí te encontraré.

 

Lucharé con  espada a la necesidad

Odiaré en la mañana a la necedad

Brindaré con los cósmicos ángeles

De las musas perdidas

—no partidas—

Y estos gestos de las

Mil mariposas bellas

Tomarán

El polen amante de tu flor.

 

Una mirada para asentar el alma

Unos labios para tener esperanza

Un beso para olvidar que existo

Una caricia tuya, disyuntiva de mi vida.

 

Sueño con soñarte profundamente

Siento el amarte eternamente

En la insaciable de tu búsqueda.

 

Pechos seductores

Montañas en el horizonte

De un bello amanecer,

Y yo, sol ardiente

Quien te quema.

 

¡La plusvalía y el enfado magnificó la cúpula intrínseca sosiega!

 

 

Mi primer beso

 

Péndulo músico violinista

Latidos galopantes sin correa,

Y los pañuelos danzantes

En la sedienta victoria por un beso.

 

Y así, recorrí el callejón

Con la almendra de tu boca

Con los gajos de tus chubascos labios

Y mi criollo corazón

Gozaba en los rosales del cielo azul.

 

Mi enroscada caligrafía

Escribiéndote un pimpollo de poesía.

Y hoy aprendí; que tan generosa

Es la tierra y el nirvana

¡Amada morena rosa!

 

Al inicio te busqué, en las ciudades

En los campos, sobre historias

En las difuntas violetas

Que el jardín vecino abandonaba.

 

Los otoños de día y de noche

Silbaban el canto del lamento.

Medallas de veneno envidia

Por los tórtolos bienaventurados.

 

Luciérnaga de fe

El día en donde te encontré

Entre las olas de arco iris urbano

¡En esa juventud famélica… te adoré!

 

¡Ay yacimiento de sentimientos!

¡Qué bello es besar!

¡Besar una sola boca!

¡Palpar su filarmónico viento al acercar! 

 

Desmesura de mis dedos

Queriendo arrancar tu fincada alma.

Muda, candente, temeraria

Para mí, terciopelos para la santa reina

 

Pía este latir, desde la barranca el cobre

Hasta la costa azul de bello Neuquén.

Así de grande es mi sentir

…ángel femenil.

 

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Israel Gayosso Estrada (‘Enrique de la Rosa’). Es un autor que vive en Chihuahua (México).

Formación Poética
[2010-A la fecha] [Poesía y Prosa Lírica] [SM-Producciones Diego Dattoli] [Argentina]

Formación Extra Taller
[29, 30 Sep. y 01 Oct.] [Musicalidad y Ritmo en la poesía] [Centro Cultural Universitario Quinta Gameros]
[15/ Enero/2012 – 28/ Febrero/2012 [Periodismo Cultural] [Escritores.org]

Publicaciones. Libros, poemas
[Poemario Las razones de mi pasión] [Autoedición] [Presentado en el Centro Artesanal] [Marzo 2011]
[Poema Contemporánea] [Participación y edición en antología poética Vivo sin vivir en mí, en España] [Agosto 2011]

Actividad Virtual
[Participación en el blog http://antoniomachadoruiz.blogspot.com en homenaje a Antonio Machado con el poema Día de Boda; Madrid, España]

[Colaborador en difusión de poemas: Taller Literario ICHICULT, http://www.tliterario.mex.tl]
[Constante actividad y participación virtual : El Portal Literario y Foro de Poesía Shoshan]

Actividad poética
[Nov. 2011] [Instituto de Cultura del Municipio] [Performance de Poesía +  Danza Contemporánea + Música, presentado en la Concha Acústica del Palomar]
[Abril. 2011] [Cierre de diplomado artístico] [Participación en la escritura-proyección del poema Las Flores del Desierto, en la Quinta Carolina].

🔗 Web del autor: http://enriquedelarosa.wordpress.com/

Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©

 

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Revista Almiarn.º 63 / marzo-abril 2012MARGEN CERO™ 

 

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