poema por
Gyselle Evangelista del Toro

 

En caso de que te lo estés preguntando,
quiero que sepas que, efectivamente,
estoy escribiendo sobre ti.
Que muchas de las páginas que llenan mis libros, se encuentran impregnadas de tu persona,
y de aquellos recuerdos que poco a poco nos encargamos de construir,
me gustaría que supieras que siempre te pienso,
que siempre te escribo.
Dime cómo va todo,
si ya te acostumbraste al clima de Madrid,
si te impresiona la ciudad o si deseas volver aquí.
Dime cómo estás,
si en ratos me echas de menos,
así como yo te extraño a ti.
Muchas cosas han pasado desde el día en que te vi partir,
abrieron una nueva librería en el centro,
portadora de tu nombre,
con olor a ti,
pequeña, bonita, curiosa.
Etérea.
Tu esencia llenando un lugar que ni siquiera sabe de ti.
Dime si ahora te atraen las españolas,
si ya tuviste la oportunidad de visitar Barcelona,
si cada vez que te embriagas de sorpresa y frenesí te da por llamarme,
así como sucedía conmigo cuando visité París.
Dime si probaste las tapas,
la paella y la sangría.
Si te ha dado por perderte en aquella ciudad desconocida.
La verdad es que acá todo es rutina.
Es en una banca del parque,
donde veo lo mismo siempre,
gente estresada,
y parejas que tarde o temprano terminarán por odiarse.
Es aquí donde me pregunto si te has ido por culpa mía,
si volverás algún día,
no es que tenga prisa por hablarte, con franqueza,
pero te extraño,
y me asusta que Madrid tenga deseos de mantenerte a su lado.
Te he escrito una carta,
larguísima,
pero una voz en mi cabeza me suplica,
me pide a gritos,
que por favor no te la envíe.
Te has ido a España,
sin dar explicaciones,
y es quizá por eso,
que debería parar de escribirte.
Pero,
¿cómo detenerme?
Si es mi corazón quien lo pide,
quien con cada palabra se desintoxica un poco más de ti,
o, quizá,
se aferra.
Dime si te ha gustado Toledo,
si al momento de ver las espadas recordaste mi sueño,
si entraste a las fortalezas,
y pensaste que de algún modo,
así era nuestro amor,
posesivo,
impenetrable,
asfixiante.
Dime si ya visitaste Zaragoza,
y si fuiste al templo a rezar por mi redención.
Dime si tomaste café en aquella esquina,
donde te dije que había visto por primera vez una muestra de verdadero amor.
Dime si te gustó aquel pueblo,
y si al igual que en ese templo,
tú también guardas un arma que pudo haber provocado una masiva destrucción.
Dime si después de algún tiempo,
fuiste a Guadalajara,
con la esperanza de encontrarme ahí,
o de encontrar a alguien que se me pareciera,
aunque sea un poquito.
Dime si al no verme,
si al no verla,
decidiste salir de España,
dime si después de un tiempo me buscaste en Rusia,
entre palacios y vodka,
dime si en algún momento,
me buscaste en Brujas,
dime si me encontraste en Holanda,
entre tulipanes y museos,
si me buscaste en Londres,
trabajando, escribiendo.
Cuéntame si en algún momento te dio por ir a Francia.
Si me buscaste en París,
en el río Sena,
navegando lejos de mis problemas.
En la torre Eiffel,
en la parte más alta,
mirando el atardecer,
en Montmartre,
embriagándome,
en esos bares en los que lo hizo Hemingway alguna vez.
En Versalles,
recorriendo los jardines,
pensando en el ayer.
Y en todos esos lugares de los que alguna vez te hablé.
Dime si me buscaste en Italia,
si probaste el gelatto,
Si en algún momento recordaste esas veces en las que te hablé en italiano.
Dime si me buscaste en todos lados,
y si al final no me encontraste porque realmente no me estabas buscando,
porque a pesar de echarte de menos,
yo no he ido a Madrid,
con la espera de encontrarte,
recorriendo aquellos lugares,
que podrían ser de tu agrado.

 

Gyselle Evangelista del Toro. Es una joven autora de Guadalajara (México): «Mis poemas son una compilación de experiencias y diversos amores que son comparados con ciudades que he visitado y por las que he sentido una gran admiración. Se trata de un homenaje».
Contactar con la autora: deltorogyselle [at] gmail [dot] com

  Ilustración: Fotografía por Pedro M. Martínez ©

 

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