poema por
Francisco Rapalo
Cuando era chico fue más nena que nene,
después al revés,
y llegado un punto
no hubo manera de diferenciarlo.
A veces abría una puerta y pasaba
como una flecha cruzando el cielo
como una chica enamorada;
en otras aplastaba arañas
donde hubiera cadáveres de araña
ahí estaría él. Hacía estas dos cosas
en el mismo día.
Creció
y fue una mujer independiente
que revivía bebés aspirados en vómito de leche
que salía por las ventanas;
y fue un hombre sensible
que perfumaba las cosas
tocándolas,
que charlaba con la versión de sí mismo
en el espejo.
Más tarde se enamoró
(ella se enamoró)
pero no entera.
Él, cuando era él,
escuchaba el océano atlántico
(gris y problemático)
desde su terraza, cerraba
los ojos
y nombraba las cosas de este mundo
que sonaban bien
hasta que se dormía.
Al final fue una mujer mayor
y un hombre mayor,
tranquilo,
las olas que lo adormecían
la despertaban,
inquieta;
al final reunió a sus maridos
y mujeres
y amantes
y novios y novias
y compañeros y compañeras
(en una fiesta de champagne
de ostras crudas con limón y tabasco),
y con una guillotina aparatosa
lo dividieron por la mitad
y la dividieron por la mitad:
mitad mujer
mitad hombre
mitad triste
mitad complaciente
mitad caricias
mitad besos
mitad de sí misma
mitad de sí mismo.
Francisco Rapalo. Es un joven autor, estudiante de Licenciatura en Psicología. Le interesa toda forma de literatura, pero específicamente la que aborda tópicos de cuentos folclóricos, cuentos de hadas y mitología. Como escritor se dedica al realismo mágico o fabulismo, mezclando lo fantástico con lo cotidiano, de modo que la realidad se «estire» hasta aceptar lo no real.
Contactar: frapalo_5 [at] hotmail [dot] com
🖼️ Ilustración poema: Fotografía por bekirtayfuntokucu / Pixabay [CCO]
Revista Almiar – n.º 89 | noviembre-diciembre de 2016 – MARGEN CERO™
Comentarios recientes