poemas por
Leonardo Rodríguez Borges
Nosotros
esos que nos conocimos
nosotros
foto que jamás existió.
Mi biblioteca
Lomos dispersos
vivos
estantes perfectos
muertos
llenos de placer
realidad en éxtasis
sueño de conquista
incumplido
gloria escasa de mi ser
humedad frágil
contenido de perpetuidad
absoluto de noche sin sueño
tobogán de feliz llegada
tierra virgen sin fin
vanidad
no correspondida por el común
colores vivos
excepto el amarillo
que Borges
me enseñó a odiar
habitación última
límite
del universo
finales
que algún día
espero
me conduzcan a ti.
Kyrie eleison
kyrie eleison
de mi recuerdo
de mi porfía
de
mi amor
como la luz de los cirios
no se extingue
kyrie eleison.
Las horas
Faltan algunas horas para volver a verte
no tengo ganas de contarlas
solo quiero que salten cercos
que ofrenden su falsa cercanía
que tiren muros perplejos de contemplar
la sagrada alquimia que nos repele
que rompan las vidrieras de la avenida
y solo pueda ver tus ojos en las lágrimas rotas
que murmuren junto a las aceras
de verme hablar solo y saltar charcos sin agua
solo quiero que las horas ardan
de pensarte detrás de un escritorio
que me separa y me une a ti
y a un barco casi invisible
solo quiero poder contar
las luces de los edificios que te rodean
los patios que se interponen entre nosotros
los semáforos a los que no les haces caso
faltan algunas horas para verte
no son horas que conozcan segundos ni agonías
no son horas que se disuelvan en la arena
no son horas tuyas ni mías
son horas de fábula
de mitad de encuentro
son horas de Dios…
Precipitud
Alguien leyó un poema que te escribí
comentó: «los versos adolecen de precipitud»
es cierto
toda mi alma se precipita en ti
locamente sin reflexión
palabras con sed
se sumergen en sueños
de lágrimas quemadas
certidumbre sin fe
que un instante apenas perceptible
atraviesen tu tiempo
es cierto
toda mi vida se precipita en ti
avanzando lentamente
cargada de recuerdos
que claman
en noches suicidas
a un dios sordo por tanto olvido
es cierto
todo mi futuro se precipita en ti
palabras apuradas
me hacen caminar
en oscuridad sin espanto
números sin sentido
buscan
la penumbra afónica
de tu voz.
Eterna
Cómo descubrirte
en tu ensimismada belleza
cómo enredar la luna a tu
pelo suelto de anocheceres
cómo crear en un microcosmos
la ternura de tus ojos
cómo llegar a lo alto de tu juventud infinita
que asume todos los secretos perdidos
cómo describirte tan solo con palabras
cuando eres más que la suma de todas
las letras del universo
que se expande y te crea en cada momento
cómo acercarme a ti
tan vasta en tu hermosa lejanía
en la noche un murmullo pasajero rozará tu gracia
sabrás que te pienso y serás eterna.
Leonardo Rodríguez Borges. Nació en Montevideo el 30 de mayo de 1969. Comunicador social. Docente en diferentes centros educativos tanto públicos como privados. Se ha desempeñado en diferentes cargos en las áreas de educación y cultura, entre ellos los de director del Centro Educativo de Capacitación y Producción del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y director de Ciudadanía Cultural del MEC. Ensayos, artículos y prólogos suyos han aparecido en diversas publicaciones. Ha publicado libros en colaboración en temas relacionados con la educación y la cultura. Publicó dos libros de poesía: Registro de un amor (Rumbo Editorial, 2012) y Si el fuego con el fuego no perece (Ediciones Cuatro Líneas, 2014).
Contactar con el autor: leonardo.r.borges [at] gmail.com
Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar – n.º 84 | enero-febrero de 2016 – MARGEN CERO™
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