poemas por
Elisabet Fábregas Alegre
Oiseaux du Paradis
Llevo la primavera en mi sangre
un hilo brillante de pájaros
un daño de certezas en mi pelo
Llevo la primavera en mi sangre
pétalos desgranados
savias penetrando
devolviendo un hábito de ternura
acercando
el impermanente estallido de vida
al amor infinito madreselva
Llevo la primavera en mi sangre
miel oceánica
tejiendo enjambres de semilla
crecimientos de flor
nacimientos de campos
Llevo la primavera en mi sangre
matriz de flor sesgada
quietud de vida
respirando luz
la esencia
decantada en la piel.
Estás del otro lado
Mi madre aparece en esta lista
de anhelos imposibles.
Mi madre como el pan untado
con mantequilla y mermelada
de moras silvestres.
El vínculo que se representa
en mi piel
a través de caricias y picores.
Desearía hacer un agujero en mi ombligo,
descoser la barriga por donde salí,
poder atarte nuevamente,
volver a ser alimentada.
Planta medicinal
Caminaba por San Diego.
Tropezó con una planta de jazmín,
era primavera.
Olió esa rama.
¿Recuerdas que mamá a veces estaba triste?
El jazmín que vivía en Vilassar.
¿Recuerdas la planta de jazmín de la terraza?
Esa enredadera gigante
que cubría el azul y el amarillo de la pared.
Ella siempre la olía,
puedo recordar su cara de felicidad.
El jazmín es el olor maternal,
para mi hermana
sosiego.
Para mí es tenderse,
caer de rodillas al sonido
de las roturas.
El jazmín es la ceremonia
de unión,
la energía femenina,
un cuenco revelado,
un aire de campana,
un vínculo fermentado.
También es mi madre
cocinando
leyendo un cuento,
mi madre
cogiendo mi mano.
Saudade
La nostalgia
la presiento dando vueltas
como aire violento
rozando todo lo arrancado
y aquello que permanece.
Se multiplican las distancias
Dos pájaros pintaban
puertas en sus jaulas
querían deshacerse
de las fugas
romper lo incompleto
llenar sus bocas
de flores
acercarlas a la memoria
de sus vuelos
cubrir de lilas
la demora del jardín
al animal que sueña.
Epicentro
Me convocan tus ríos de sangre
el cuenco cóncavo
de tu respiración
por donde mis pechos
amamantan tus vacíos
Tu boca
muerde mi entraña
núcleo tropical
que acaricia mi cintura
el epicentro al latido
Me convoca un sudor húmedo
trueno de gemidos
en mis cordilleras
una luz trémula
que observa mis piernas
que desean tus párpados
que inyectan en las arterias
bosques de placer.
Deleitarnos
Fugitiva
duermes en mis deseos
como nuez de macadamia
compartes el fuego
decantado en mis manos
hierba fresca
en las papilas gustativas
Fugitiva
te llenas el pelo de lirios
y las piernas de rosales
mis dedos sujetan
el mordisco suave
rozando mi oreja
y los cabellos se inquietan
revueltos en el nácar
madreperla brillante
tu
mirada
irisa
en mi pecho que de tu pecho
la luz recibe.
Magnolias
Eres tú
ombligo de mar
zarandeando estrellas
madre-útero
planta creciente
no me alejo
de tu ombligo
ni de la huella
germinal que nace
en mi garganta
busco en tus senos
magnolias frescas
que acunen
tu gesto inmanente
que no quiebra
ante el vital camino
que nos cubre de deseos
y se posa en nuestra alma
como la pluma
se posa en la piel.
Elisabet Fábregas Alegre. (Barcelona, 1989). Educadora Infantil con Máster en Educación Montessori y educación Holística. Actualmente cursando el grado universitario en Humanidades en la UOC. Publicó Diario de Costa Rica y otros paisajes (Autopublicación, 2019) y Cestos de lilas (Ed. Calambur, 2020). Integra la Antología Diarios de encierro (Índigo Editoras, 2020). En 2020 fue galardonada con el premio en el XXXIX «Certamen literario de mujeres de fomento», con su ensayo sobre la situación de la mujer en el campo de refugiados de Moria (Grecia). Próximamente publicará con la Editorial Espelma Edicions un libro de cuentos infantiles que pretende rescatar la singularidad (flora y fauna) y la tradición de la isla de Eivissa. Publicación poemas (Revista Zéjel, revista Azogue. Colaboradora en redacción (Eivissa Editions, Editorial Ibizenca).
🖥️ Web de la autora: https://elisabetfabregas.blogspot.com/
🖼️ Ilustración poemas: Flieder 2, Wald-Burger8, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
Revista Almiar (Margen Cero™) • n.º 122 • mayo-junio de 2022 ✔
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