por

Javier Úbeda Ibáñez


Las palmas de tus manos

Las palmas de tus manos
guardan el secreto de nuestro amor;
el amanecer de un hermoso para siempre.

En las palmas de tus manos,
una nube pletórica
se encarga de dibujar ríos, mares y soles,
que descienden hasta tus pies en cascada
fundiéndose con la húmeda hierba del camino.

En las palmas de tus manos
se puede escuchar cómo cantan los astros
sus canciones eternas y cómo susurran
«quédate conmigo, siempre».

Las estaciones del amor

Primavera
en tu cuerpo
sembrado de brillantes amapolas
y margaritas que contienen deseos:
¿me quieres?, ¿no me quieres?
Pero yo sé que me quieres.

Verano
en el dulce estanque
de tu sonrisa diáfana,
velero que surca caminos de agua
con un timón de soles encendidos.

Otoño
en el regazo de tus manos siempre atentas.

Un festín de hojas pletóricas de belleza
escribe en el suelo nuestra historia de amor.

Y pasa la vida
al amparo de tus rosadas manos otoñales.

Invierno
en tus resplandecientes ojos de melodías
de cristal y vientos.
Se enciende la lumbre
cuando me miras
y el frío huye al instante si tú
estás a mi lado.

Gracias

Gracias por tu alegría,
sin resquicios.

Gracias por tu mirada,
todo un prodigio
de tiernas hojas frescas.

Gracias por desnudar, por detener,
y también por engrandecer con tu presencia
momentos irrepetibles de nuestras vidas.

Gracias por regalarme
miles de mariposas cada día
que revolotean suavemente
entre nuestras pieles.

Gracias por la felicidad
de soltar continuamente
palomas al viento.

Gracias por compartir
la lluvia de nuestras lágrimas.

Gracias por no darle ninguna tregua
a la desesperanza
y espantarla con fuerza
cuando planea cerca de nosotros.

Gracias por tus canciones
de flores y árboles y el milagro
constante de tu amorosa presencia.

El encuentro

La raíz de nuestro amor
es robusta está formada por dos almas
que se entrelazan y que se quieren.

Esencias henchidas de eternidades
y de tiempos en flor.

¡Bendigo el instante primero y cada
momento vivido a partir de él!

     Disimuladamente

Disimuladamente
te observo
y tiendo hacia ti un puente
de flores omnipresentes.

Y mi deseo hace alarde
también de su fuego.

Disimuladamente,
acaricio tu piel
de azahar y musito tu nombre
entre mis voraces sueños.

Disimuladamente, amor,
pero con fervor, te busco,
te encuentro, te quiero.

En la noche
y en el día

Tanto en la noche blanca como en el día
oscuro prometo amarte, respetarte y colmarte
de atenciones de un verde azulado.

Y también anclarme fielmente y con clamor
a tu mirada oceánica, a tus caricias balsámicas
y a tu piel de savia.

En la noche y en el día
te prometo mostrarme siempre atento
a tus férreos actos y palabras.

Todo será fácil y a la vez sencillo,
como la vida misma, porque te quiero.

Paisajes I

Entre tú y yo,
se extiende un hermoso paisaje
escrito en el corazón.

Y te llevo conmigo, en mi cuerpo,
vas en mis cosas, deslizándote, suavemente,
entre mis pensamientos y mis palabras.

Entre tú y yo,
siempre palpita una cascada
de deseos y un mar de dulces querencias.

     En el fondo de
tu abrazo

En el fondo de tu abrazo encontré cientos
de versos inéditos de amor.

Y me convertí en verano para poder leerlos
a gusto y fundirme con su inmortalidad.

Margaritas deshojadas que dicen todas
«te quiero» antes de caer y nunca se
cansan de florecer porque estar
entre tus brazos es decir sí a la vida.

¡Cómo eres!

Tus pasos van siempre
a mi lado como un ángel custodio
por la senda de la vida y el amor.

Y en el cruce de la verdad,
me agarran con vehemencia
y me regalan un te amo
de luceros y amaneceres.

¡Cómo eres!
¡Cómo resuena tu tacto
en mi mente y en mi piel!

¡Cómo habitas dentro de mí!
¡Cómo ahuyentas el dolor!
¡Cómo con tu sola presencia
la vida me respira!

En el nombre del aire

Entre los jardines de mi alma,
el aire se llena con presagios
de un encuentro,
todavía sin estrenar,
intacto y necesario.

En el nombre de Cielo y Tierra
voy a recorrer el mundo entero,
buscándote porque siempre
eres tú y diferente
y a todas necesito y quiero.

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Javier Úbeda Ibáñez. Nació en Jatiel, provincia de Teruel, en 1952. Es autor del libro Senderos de palabras (I.S.B.N.: 978-84-15344-12-4). Ha publicado numerosos artículos de opinión tanto en prensa digital como escrita. También ha escrito, aparte de reseñas literarias, relatos breves y poemas, que han ido viendo la luz en revistas como Almiar; Ariadna-RC; Grupo Literaturas; Letralia; Letras  o Luke, entre otras  muchas.

Contactar con el autor: j_ubedai [at] hotmail.com

👉 Lee un relato de este autor: Dile al silencio

Ilustración poemas: fotografía por Pedro M. Martínez ©

 
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