poemas por
David Rey Fernández
I
Dedicatoria
Para mi madre,
que me mostró la puerta y me tendió una llave;
que me enseñó que los únicos caminos
son los que nos acercan a nosotros mismos,
lo demás es arena
Me dijo:
escribe con distancia
pero
sin olvidar el cuarzo negro de la mina diaria,
lo marchito y oscuro que ya está en las semillas.
Añadió:
vivir es defenderse de la vida,
y volvió a asegurarlo:
el que mira las olas ya ha vencido el naufragio;
sólo quien se conoce
puede oír el silencio que precede a los golpes,
puede sentir el mar que hay en las caracolas.
Me enseñó
que en cada nombre se esconde lo nombrado;
que en la palabra noche
fluyen ríos oscuros de carbón y cenizas,
que cuando digo madera
la voz se me puebla de raíces y carne,
que cuando digo te quiero
en mi boca despierta la cereza y la lluvia.
Y estas palabras suyas las llevaré grabadas para siempre:
Nada tiene sentido
por eso
todo vale la pena
porque todo
puede ser de la altura que le des a tus pasos.
Poema VIII
Una mujer desnuda en el jardín espera,
no eres tú y sin embargo tuvo tu nombre un día.
Las olas son caballos con crines de azucena
que el viento agita como un almendro viejo,
la luna es un jinete de plata galopando,
si tú pudieras verlo.
Recuerdas que te dije:
Tus labios son el rojo que viste a la amapola.
Contigo junto al mar todo canta más alto.
En tus ojos azules aún se escuchan las olas.
Ahora me pregunto
de qué servía aquello,
ahora que estoy tan solo
como lo estaba entonces.
Tú nunca comprendiste
que los besos
no mueren en los labios
y que en cada palabra
yo te dejaba
la llave de una puerta.
Poema IV
Aquí está la alegría
y en sus manos se tienden los leones.
Alegría
hacia tu vientre me inclino
y del verdín de tu pubis cae rocío.
Alegría,
ya no quedan motores rotos herrumbrando los caminos
y en mis ojos hay puertas que no quieren cerrarse
—por sus arcos pasa la vida con los cabellos sueltos,
parten trenes cargados
para limpiarse al alba—.
Alegría,
eres como una muchacha con las piernas abiertas
y en tus muslos las hiedras se hacen ríos.
Alegría,
he buscado tus ramas: aquí está la madera dilatada,
al parto de tus flores voy desnudo
y de mis dientes caen palomas
que propagan tu nombre por la Tierra:
eco dulce de plumas en el barro,
hoy la vida aletea como un pecho.
Alegría,
contigo en pie el mundo se levanta
y las raíces avanzan por las calles.
Tienen cuello y gargantas, nada entiende la muerte:
escucho su pesado aliento de bestia sometida
como argollas danzantes
en el hocico húmedo del toro.
Es verdad que hubo noches en que la ciudad dormida
se golpeaba contra todas las farolas;
es verdad que fui una sombra
o quizá sólo el viento al que puse mi nombre
o tal vez sólo olor de mueblería abandonada;
y allí estabas tú, Laura salvaje,
y estaban tus cabellos golpeantes de sudor encharcados
cuando me veías llegar hacia ti
—igual que un vaso que se rompe en el suelo—,
y unas manos cansadas saludaban.
Es verdad que fui el hambre al que llamaron hombre
y con abrigo gris vagaba por las calles.
Pero hoy está aquí la alegría
y en sus dedos cabalgan las montañas.
Alegría,
no es para mí sino toda tu boca;
te repartes como la luz al alba
y para todas la casas traes alfombras
rojas telas de polvo liberadas.
Alegría,
con los labios dispuestos,
ya tendida la ropa,
te recibo
y en un golpe de mar van las derrotas.
David Rey Fernández (1985; Ferrol, A Coruña, España). Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela (2003-2008); abogado en ejercicio, ha trabajado como analista de jurisprudencia para el grupo editorial Thomson Reuters Aranzadi y en la actualidad es titular del despacho de abogados «David Rey Fernández». Fue ganador por unanimidad, en 2009, del XII Premio de Poesía Antonio Carvajal, con el libro Las alas de una alondra madrugando (Ed. Hiperión), al que pertenecen los poemas aquí publicados; este libro permaneció durante treinta y ocho semanas en la lista del periódico ABC de los libros más vendidos de poesía en España habiendo recibido muy buenas críticas.
Ha publicado diversos artículos en distintos portales de Internet, y en su propio blog De la poesía y otros gritos: (http://delapoesiayotrosgritos. blogspot.com.es/).
Contactar con el autor: r.f.david [at] hotmail.es
Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar – n.º 68 / marzo-abril de 2013 – MARGEN CERO™✔