cuatro poemas por
Luis Sánchez
Siempre que me siento ante ti, la misma duda comitiva,
el mismo peso desencadenado y sordo
la misma duermevela sin sueño alguno
recíproco aliento
que no sirve
ni alimenta
y espacio entre la luz y mi propio ente
tan pequeño
que se une tu luz eléctrica a mi componente más humano
volviéndome yo eléctrico
y tú,
casi humano
¿y la esperanza es acaso verdadera?
¿O tan solo es el deseo de que lo sea?
y no hay solicitud
ni respuesta
ni puedo reservar una plaza en la salvación
por mucho dinero que tenga
tan solo,
puedo esperar a ver si la caducidad llega
si el corazón cesa
si la cabeza me deja
y romper en dos esta fórmula siniestra
yo frente a ti
tú frente a mí
y en medio nada
ni el aire cabe ya
y cada vez más cerca
y yo
menos humano
y tú,
menos eléctrica
¡¡¡esta es la detonación de la confluencia!!!
la viva depresión de la meseta,
el campo obligatorio
a destruir,
la fuerza contemplada
del amor,
y ver entonces si acaso
hay salvación,
o si por el contrario
…
…
…
no.
Catequesis de la salvación
Y siempre acabo mezclándome con el vicio codicioso,
repetidas situaciones de incómodo resultado
entregándome a una verdad
que no es pecado,
pero que infunda la realidad
de lo que hago.
Hoy voy de guarro por toda la casa
hoy camino con los pies descalzos;
llueve afuera y no importa
porque estoy resguardado,
pero la inundada reforma
de los conejos,
abre la sangre para dar paso al deshecho.
y dando tumbos
contra los muros
de mi cabeza,
he constipado el nombre de mi voz,
¿no hay mayor conciencia
que la razón?
Y si es así,
y tanta simulación y desorden
complicidad y simpleza
y distancia del resueño
con el mar,
no dan ninguna certeza
entonces, es para que nazca la duda
que la razón humana es muy grande
pero tiene los límites
muy cerca de la base
entonces
sincronizados
los desengaños de la nostalgia,
vendrán
con las ganas de agacharme a vomitar,
ciencia que se espesa con el aire
del saber que no soy nadie
y nadie sabe
cómo hará…
por todos lados,
está este vil ego
¡esa vanidad!
esa dificultosa estación
del caminar
y luego ofensas
y discusiones
y confusas recias
que no contemplan
la profecía
en ningún lugar…
y réplica coprófaga
se alimenta
de la mierda
de esta conjugación
ancestral
Catequesis para salvarse
pero nada
salva
ya…
Calavera sin colmillos
De vivir hacia la nada
Diez mil vasos vacíos
paladares de cabra
muerte de calavera sin colmillos…
dirección —ningún lado—
propuestas que siempre en vano
gritarán ideales
opacos.
Y culminación en los metales
y más vacío
y más extraño
y más tristeza de hoja seca
en suelo mojado
... Precio de la frialdad que no está mejorando y el cuerpo se cierra en banda pero existe una esperanza concisa, clara pero que es un espanto...
ciega a la probabilidad de salvar algo
pero no importa
porque como estamos
nada puede empeorarlo…
Y se lanza la plebe con esos honorarios
creyendo que sin confiar en nada
podría suscitarse el encanto,
—Ya no se puede salvar a esta sociedad.
—¡Yo no voy ni a intentarlo!
Pues yo tengo fe, ¡mira tú!
Veo luz, ¡veo cambio!
Y abro los ojos a la tierra
y siento que nos está hablando
que sonríe primaveras y otoños adelantados,
que propia a la calavera
presenta la estructura ósea
de la materia,
sin dientes sí,
pero sigue sonriendo,
sin carne sí,
pero, ¿quién fue siempre viento?
Ciencia de la Tierra
[…]
Cima de ojos cerrados,
hoy abres tus verdes plumas
a mis entrañas
hoy donas tremendas
aguas
y azules lagos
hoy calientas con fuego mi casa
y la de mis hermanos.
cima de ojos cerrados
de nieve pueblas los pueblos
este febrero pasado
y ahora sonríes
tus contornos
mojados…
y yo te decoro
con todos mis pasos,
no queriendo apretar mis pies
sobre tus hermosos
barros,
intentando no hacer camino
ni estrago
pero cima
cientos de años,
y creciendo para arriba
y creciendo por abajo
y acordando entre las montañas
el imperio de los campos
y el hombre pequeña
cigarra
cantando al sol del verano
reuniendo
fruta con su trabajo
arado
siembra
riego
fardos
cúpulas del adivinar
por el saber humano
metafísica de la naturaleza
en la simpleza del grano
y más siembras
y más campos
y empieza a exportar el hombre
el alimento excesado
y crece el pueblo
y crece el hombre
y se reduce el espacio
y más siembras,
y más campos
y cima aprieta los ojos,
hace tanta fuerza
con los párpados
que brotan espontáneos
pinos
abetos
robles,
castaños.
Y hombre saca madera
para construir sus barcos,
y entra en el dominio de la mar
y conquista
todos los cabos,
y hace esparto
y cuerda
y vela
y descubre el carbón enterrado
el poder calorífico gigante
de la sabiduría
de los cementerios
de sabios,
y expolian las intimidades
de la tierra,
y cima de ojos nublados
siente el palpitar
de la tragedia
pero se deja
convencer
por los humanos…
[…]
(60) [Fragmento]
Luis Sánchez. Escritor novel natural de Salamanca, con andanzas de otros mundos y exiliado ahora en Francia. Tiene una obra autoeditada, ya publicada, llamada Hormigaciones —que es un viaje por la fragancia del yo (que somos todos) de la cavidad interna—. Escribe para algunas compañías poco serias de viajes, y participa en un par de fanzines mensuales, uno en papel en Toulouse y otro on-line por ahí, por todo el mundo. Se ha representado, en Salamanca (Teatro de la Malhablada), la última obra que escribió, Madame Natura, de un solo acto, en una adaptación de la obra original para Maite Iglesias, de 70 minutos de duración.
Contactar con el autor: luisypico [at] gmail [dot] com
🖼️ Ilustración poemas: fotografía por geralt / Pixabay [dominio público]
Revista Almiar – n.º 85 | marzo-abril de 2016 – MARGEN CERO™
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