poemas por
TS Hidalgo
Vida infinita
La furgoneta de un clown
yace en el foso de un arcén,
en la M-30,
tras virar
trayectoria a diario
por este valle
de lágrimas y corruptos.
Miedo y asco en Las Vegas
Recuerdo haber oído
esta conversación,
a la salida de una novela
de Hunter Thompson
(¿o fue en Las Vegas?):
«¿Por qué entra el perro
en la iglesia?»,
«porque está la puerta abierta»,
«¿por qué sale?»,
«porque ha entrado».
No comments, supongo.
Carta, ayer, a los señores jeques,
como antes a Abramovich,
y hoy al señor Lim,
y al señor Wang:
pongan Vds.,
a nuestros males,
remedio
(«Haznos soñar, PSG»,
recurrente portada de L´Equipe
al respecto
de su último producto estrella).
Fabricantes de billetes,
procedentes de ultramar,
invaden nuestros campos de batalla,
sobre fondo verde césped;
lo suyo sería contrarrestarlo
con nuestros propios Poceros,
pero el mundo
está creciendo más
por otras regiones que por esta
y no es extraño
que ocurra lo que ocurre;
me gusta er furbo
(y las mujeres).
Venga a nosotros
Tu Reino:
llega el invierno
y deja
mochileros,
plutócratas,
un viaje a Casiopea,
todo tipo de pirámides
(el mundo según le fue explicado
a los faraones),
…hoy mero truco, trampantojo,
tornasol…,
y enésimas tasas de desempleo;
un nivel de neurotransmisores
posible
o imposiblemente, quizá,
adecuado:
venga a nosotros
Tu Reino;
venga a nosotros
Tu Reino:
españoles por fin veganos
(Los comedores de patatas),
unas Adidas Jesucristo
y un invisible crédito
a coste cero;
un crecimiento
líder en Europa,
y la tajada del miedo:
venga a nosotros
Tu Reino:
la cura va bien,
pero el ojo lo perdemos.
Homenaje a Orwell,
rodeados de máquinas tragaperras,
en la sala principal
(¿del Tanjiers?, quizá),
por parte del penúltimo
de nuestros héroes patrios,
perfecto para mayores y niños,
un orgullo de ser
la palanca del cambio en España,
respetando eso sí el margen de maniobra
de nuestros barones territoriales,
al tiempo que planea un siniestro rediseño
de nuestra pirámide de población:
se trata de El gitano croupier,
en una mesa en la que se juega con antibióticos
(en vez de con fichas de casino).
Suena un móvil en la Castellana
Me siento en una terraza;
estoy bebiendo ginebra,
estoy solo.
Me surgen ideas a borbotones,
acerca del pasado,
del presente,
del futuro,
que anoto,
tras colgar
la entrante,
en mi Moleskine,
así como
alguna que otra disquisición
que no he llegado
a plasmar en papel,
del tipo
¿deberían impartir ética
las escuelas de negocios?,
¿habría triunfado
Beckenbauer en el Osasuna?,
qué blando parece este defensa,
habrían pensado
el cuerpo técnico,
la prensa,
el resto de la plantilla,
la afición,
¿era cierta
la hipótesis de Riemann
sobre los números primos,
y éstos no se distribuyen
de manera aleatoria?,
¿por qué hoy
no nos parece tan lejano 1955,
mientras que, entonces,
el año 1895 sonaba a Edad Media?,
¿por qué la naturaleza
no construye
formas cuadradas?,
¿existe un catastro
oficial de glaciares
y una normativa supranacional
que los proteja?,
¿cabe plantearse a España
como un concepto mal cosido,
sin correspondencia unívoca,
artificial?,
¿es realmente más sensato
estudiar LADE que Bellas Artes?,
¿cuándo se es más esclavo:
ante la prohibición
o ante la obligatoriedad
de elegir?,
o ¿habrá en este preciso instante
alguien pensando en mí?
Insiste, me temo,
entonces mi ex,
y esta vez hablamos, sí,
de medicinas,
y de toros,
despidiendo in crescendo el verbo
(romper es respirar un todo):
va por Vds.
Viaje a la India
Nunca olvidaré los lugares tan bellos (su luz, su gente, su poesía, sus fragancias) que recorrí aquel verano. Esto es, el aeropuerto de Munich.
|
007 España: primavera, verano, otoño, otoño, otoño, otoño, otoño, |
Urgencias
A la primera y del singular
aprobé eso del Teórico,
y nos bebimos esa noche
el resto del mundo,
hasta un séptimo sello.
Ojos por ti azules
de la blusa negra de marzo
tras cosas que hacen ¡bum!;
viscosa en U
mi lengua de sangre y herradura,
tras ciega luz al frente
del volante del alba:
puzles de la amargura
en nazareno y martes santo.
Silencio tántrico
Rutina,
jadeos,
sábado,
y por unas décimas
silencio:
como ausencia de ruido,
como antítesis del ruido,
silencio expansivo,
total y sonoro,
el sonido del silencio sobre todo lo demás,
sonido movimiento silencio estatua,
¿qué es lo que ocurre entonces,
sino escuchar esa voz
comúnmente conocida como uno mismo,
las ideas que rondan la cabeza,
lo que se ha vivido,
lo que se espera vivir?:
un viaje al Nepal y sin Carla estoy pensando,
un Hublot estoy pensando,
un postgrado en el MIT estoy pensando,
steak tartar estoy pensando,
traje de luces estoy pensando,
pronto será el fin del mundo estoy pensando,
doncellas frescas estoy pensando,
una ínsula por gobernar estoy pensando.
Creo que voy a parar
y a pedirle el divorcio a Carla.
Nochevieja
Es una fiesta de gala,
peces de estío en la primavera del barco.
Me descoloca oír
a un paisano mío:
está leyendo en gabacho
al de la triste figura,
como hiciera Borges,
sólo que aquél
va un paso más allá
del nunca nobelizado
escritor porteño
y asegura haber hecho lo mismo
—hace meses—
con el Amadís de Gaula;
va por el capítulo cuarenta y nueve,
de lo que le sucedió a Sancho Panza
rondando su ínsula.
Trato de buscar a alguien conocido,
miro al frente,
sobre un diván
se encuentra tumbado Easton Ellis
disfrazado de Jesucristo,
el autor de American Psycho
aparenta aquí 33 años,
regalando guiños
simula parapetarse
tras una enorme sábana blanca,
le preguntan micrófono en mano:
—¿Cuáles son sus tres escritores favoritos?—,
y él contesta,
glacial, rotundo, solemne:
—Easton Ellis, Easton Ellis & Easton Ellis.
Necesito y pido un gin-tonic
—G´Vine, fiebre, twist de lima y habas tonkas—;
me invitan también a un chupito de tequila,
cumplamos pues con la liturgia de turno:
sal en el anverso de la mano,
lengüetazo a la sal,
tequila de un trago
y rodaja de limón a los postres:
totum revolutum,
resplandor en las vísceras.
Nightclubbing
Antes de empezar a redactar,
diría que bastante antes,
y en una disco a tan sólo
unos pocos
mal encaminados pasos
del lugar exacto
donde comienza el Ulises de Joyce,
he sido consciente
de Bono,
de tantas criaturas plagando
bajo focos la Tierra
(y es como si no hubiera nadie),
de 100.000 bikinis ardiendo en la pista de baile,
de diversas notas a lavanda o espliego,
o de que tengo Visa y sed,
y, ya de camino a los pingüinos,
de la velocidad de la luz,
la inexistencia del número 9,
y la imperiosa necesidad
de tocar el pianito de tus pies
y de decirte al oído
que tienes los ojos
del color de mi Porsche.
Life is a losing team
Vidas color frío
sobre eterno suelo movedizo,
nervios a flor de piel
segundos antes de un abordaje:
un par de tibias y una carabela,
camino de la frontera.
Ron, ron, ron,
la-botella-de,
tal vida habría sido, sí,
eminentemente dura:
si la hubieseis tenido que vivir…
(y aún dicen que el pescado es caro).
Drake y Hawkins
y Errol Flint,
Barbanegra y Jack Sparrow:
industria alternativa del ocio palomitas:
Alcalá, Preciados, Sol,
a ras de suelo;
un par de tibias y una carabela:
si la hubieseis tenido que vivir…
(una vida al otro lado de la tormenta).
La erótica de la desigualdad
El jefe de esa banda nunca vino a vernos
porque se creía más que nosotros;
por eso,
y porque una chica le había herido,
disparándole con su propia pistola.
La brújula
¿Dónde tienen Vds. la brújula?,
nos preguntaron
en un cruce de caminos
(en la verde aurora).
¿Dónde la brújula?,
nos hicieron un registro
al soterrizo,
y Umbral en su haiga
nos llevó al cuartelillo,
¿dónde la brújula?,
a comprar Tulipán,
y calcomanías, tinta,
y un tricornio,
¿dónde?,
sudor frío del alba y la locura
¿dónde la brújula?,
tras las Fallas
del papel y el chocolate,
¿dónde?,
rumor de Clamoxil
en clave de petardos.
¿Dónde tienen Vds. la brújula?
¿Dónde, dónde???
¿Dónde, dónde???
No tenemos:
nos la hemos fumado toda.
En Marbella hacía un calor insoportable. Tanto como nunca había sentido. Y, sin embargo, en Acapulco hacía aún más.
|
Y qué más da, ahora, cuarenta años después, quién mató a Pasolini: lo que lo mató no cambia.
|
Un paseo por París
A primerísima hora,
doy una vuelta
por el cementerio de Père-Lachaise:
en busca del tiempo perdido
me encontré con Gertrude Stein
(y en el reverso Alice Toklas
es Alice Toklas
es Alice Toklas),
y con Delacroix guiando al pueblo;
fotos frente a la tumba
de Oscar Wilde
(deidad alada
en el frontal de la misma,
obra del escultor Jacob Epstein,
a la que algún coleccionista
cortó el pene),
frente a la de Jim Morrison,
de lejos la más visitada,
frente a las de Molière y La Fontaine,
ambas contiguas,
frente a la belleza
imperecedera
del panteón
en el que descansan
Eloisa y Abelardo,
amantes del medievo,
frente a la Piaf,
la Duncan,
la Callas,
frente a Balzac.
Y mientras cientos de japos
graban todo esto,
el mundo
seguirá dando vueltas
comosinada.
Tomás Sánchez Hidalgo. 43 años.
Economista y MBA por el Instituto de Empresa.
Máster en Escritura Creativa por el Hotel Kafka.
Finalista del certamen de microrrelato AIDA Books (2014).
Ganador del certamen de microrrelato Criaturas feroces, de Editorial Destino (2011).
Finalista del certamen de novela «Seis editores en busca de autor», del Festival Eñe (2011).
Colaborador habitual de la revista de poesía Driade.
Contactar con el autor: tshidalgo [at] yahoo.es
___________________________________
ⓘ Los poemas aquí publicados han sido seleccionados de los poemarios Construction Time Again (el cual da título a esta página) y AntiConstitucionalmente ©.
🖼️ Ilustración poemas: Fotografía en Pxhere – CCO
Revista Almiar – n.º 85 / marzo-abril de 2016 – MARGEN CERO™
Comentarios recientes