Los tres gatos

Los tres gatos

El ama de llaves recibió al médico; entre sus pies se enroscaba elegante un gato blanco y negro de ojos verdes, máscara simétrica y mitones, como si llevara un esmoquin… (relato por Marié Rojas Tamayo).

La cena

La cena

«Ya habían pasado dos meses, no teníamos alimentos y nuestro semblante era miserable»… (Relato por Caleb David Saldaña Medina).

Belén Saravia

Belén Saravia

—¿Matilde, qué tenés ahí escondido?
—Ah, es el retrato de Belén, a mi anterior pareja nunca le gustó y tuve que descolgarla. Últimamente estoy tan ocupada que no me ocupé de ella.

(De Belén Saravia, un relato por Cristián Óscar Koch).

Instrucciones para dar un beso

Instrucciones para dar un beso

Lo primero que se debe tomar en cuenta al momento de dar un beso, es saber con seguridad quién será el favorecido o favorecida, el privilegiado o privilegiada que gozará de tan exquisito manjar. (Relato por Laura María Giraldo).

El tesoro de Hulagu Kan

El tesoro de Hulagu Kan

Dentro de la tienda cónica, en la inclemente estepa del Gobi, el Gran Kan se alzó e invitó a los extranjeros blancos a sentarse. Los occidentales eran dos hombres jóvenes, con el rostro marcado por la fatiga y el hambre… (relato por Aida Vega Felgueroso).

Por una cabeza

Por una cabeza

Don Cornelio Manso del Sotillo, alcalde de minas, a la sazón, de la villa imperial de Potosí y, por más señas, recién casado, era un viejo crápula y disoluto, un perturbado, estragado tras años y años de libertinaje sin freno… (relato por Domingo Alberto Martínez).

Adminículos y perversiones

Adminículos y perversiones

«Las tijeras me cortan las uñas y de inmediato llueve. Me traban la lengua. Me hacen humedecer la nariz. Quisieran esquilar a las niñas de la esquina para que no murmuren más. Se largan temprano para no servir de testigos en el cruce de las afrentas». (Adminículos y perversiones por Wilfredo Carrizales).

Sensación primera y única

Sensación primera y única

En forma lenta mis manos se abrieron deseosas de palpar, de sentir…
Los movimientos de mis piernas se acompasaron a la corriente que todo lo rodeaba.
(Relato breve por el autor argentino Beto Brom).

Las cosas se rebalsan

Las cosas se rebalsan

Sucede que se empezaron a rebalsar las papeleras. Esa fue la primera seña. Llegaron reportes desde Pamplona, desde La Habana, y desde Nueva York, pero también desde Johannesburgo y Sydney. En cada esquina del mundo se veía la misma alerta… (relato por Alejandro Pérez)

Rutinas

Rutinas

Aquella mañana hojeó en el periódico las noticias referidas a las muchas huelgas que se extendían a lo largo de todo el país… (Relato por Juan A. Herdi).