poema por
Boris Rozas
Había olvidado las líneas rotas de una mano quebrada por el agua
que derrama por la negra grieta de un hombre enterrado
en su nido de paja y trigo, hacia el amanecer del fin de semana
víspera de otro lunes de vergüenza envuelto en aire.
Emerge la duda a flote borrando la sonrisa, queda la llaga
que sujeta el alma por la negra grieta
de un hombre enterrado en el sudario de la existencia
eternamente en víspera de sí mismo.
Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida
elegí la perenne ignorancia del ciprés,
hacerme de madera y ornamento
hombre rinconera, contracción de caracol
pudiendo amanecer
a tu lado y bañarme todos los días en tu orilla
hasta caer el sol desmantelado
a nuestros pies de barro y hojarasca.
Como una Sra. Dallaway cualquiera dijo que compraría las flores
ella misma,
descalza entre afilados cantos de tiempo
en recurrencia. Repintada en la mañana de ese martes
que tan poco le servía, rebusca en el fondo
de un armario hueco
como el amor
de un junio en decadencia.
Se enciende el mediodía a través de diminutos rayos que asoman
por entre las tiernas rosaledas del amor
en eclosión, una vez podados los recuerdos
de final de temporada. El pétalo gris de la noche
ha embalsamado nuestros cuerpos en aceite,
la rosa de té difumina tu esencia
hasta perderse
por las juntas de trapo de mi ausencia.
Como de ceniza en miércoles camino descalzo por la casa
de paja y trigo, rumiando este desamor
que sazona el día sin permiso. No encuentro el mando
a distancia de mi barco a la deriva
en busca de sirenas que apartar
de la ruta, no entiendo el canto de este mundo
varado en tu susurro
mientras me dimensiona la soledad.
No entiendo la métrica de este verso
hecho de afecto sucedáneo, de la tibia llama
de un amanecer equivocado,
pastoreo por entre las vueltas de tu pelo
para salvar los muebles de mi vida.
Confieso en esta iglesia de pasajes inéditos
que he pecado de exceso de confianza
al querer tomar las riendas de tu cara,
no hay misterio para este aspirante
sin Alejandrías que echarse a la boca,
tan sólo pan de oro
al tenerte entre las yemas,
caricias al agua en este ático sin gárgola.
A modo de última cena
este jueves vamos a reencontrarnos debajo
de la alfombra, a tirar juntos de la manta febril
del otoño,
vuelta y vuelta en un organismo sitiado
por la tarde que arrima el hombro
jadeante, ebrio de tanta rebaja
en una sangre ya picada.
Como una Sra. Dallaway cualquiera dijo que compraría las flores
ella misma,
alborotada por tanta nieve en la trastienda de los años
echada a suertes la forma del abismo,
tocando a muerte la campana
del invierno, no hay arena suficiente
para meterse en los bolsillos,
no hay arroyo tan profundo.
Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida
elegí la perenne ignorancia del ciprés,
cimbré a viernes de madera amarillenta, rolando
a sotavento hasta encallar en tu mejilla,
pudiendo haber servido como almohada
para el vuelo
hinqué la rodilla en tu nuevo continente
descubrí tu cielo de rímel y acuarela.
Había olvidado las líneas rotas de una mano quebrada por el agua
que cala la piel seca, hacia el amanecer del velo antropomórfico
que atraviesa los objetos sólidos
en vísperas de otro retorno del amante.
Me asalta la duda de quererte muy por encima
de un hombre enterrado en el sudario
de la existencia
eternamente víspera de sí mismo.
Boris Rozas. Nace en Buenos Aires (Argentina). Es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, ciudad en la que reside actualmente.
Su faceta poética abarca hasta la fecha siete libros publicados: Bagajes del alma (2004), Lleno del mar (2005), Hemisferio Sur (2007), Huyendo de este jardín, me encontré con el viento (2009), Ragtime (2012), Invertebrados (2014) y La senda de las espigas (Antología poética del autor, 2016). Pese a su juventud, su obra aparece ya en numerosas antologías literarias, entre las que podemos destacar: Poesía Española. Una Propuesta. De la Generación del 68 a la del 2000 (2008), La Hora Sagrada. XIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (2010), Corazón de Cinco Esquinas. Junta de Castilla y León (2010) y Esta ternura y estas manos libres de Poesía Hispanoamericana, homenaje al Centenario del natalicio de Julio Cortázar (2014).
Ha obtenido más de medio centenar de galardones literarios importantes, de entre los que podemos destacar: Primer Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador (2013), Premio Sarmiento de Poesía 2007, Primer Premio del XXXIII Certamen de Poesía Manuel Garrido Chamorro (2012), Accésit del Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco (2007), dos veces finalista del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma (2012 y 2015), Primer Premio de las XLII Justas Poéticas de Laguna de Duero (2013), Primer Premio de Poesía del XVI Certamen Poético Villa de Ermua (2010), en dos ocasiones Accésit del Premio Nacional Hernán Esquío de Poesía (2011 y 2012), Botijo de Plata en las XLVI Justas Poéticas de Dueñas (2012), y «Bautismo de Recuerdo» auspiciado por el Excmo. Ayuntamiento de Valladolid y la Casa de José Zorrilla.
🕸️ Web del autor: www.borisrozas.com/
📸 Ilustración poema: Fotografía por Mario Calvo, en Unsplash
Revista Almiar – n.º 87 | julio-agosto de 2016 – MARGEN CERO™
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