poema por
Santiago Canto Sosa
1
Brotó la cucaracha en el espejo de mi cuarto oscuro. La vi nacer de un huevecillo, llena de saliva; sus chillidos invisibles taladran mis palabras de insecto. La cucaracha se pudre en mis antojos: levantarme temprano y mordisquear las sobras de la noche; pararme sobre la mesa y rellenarme de basura; andar del baño a la cocina, sucio por la mañana nueva.
2
El piojo anticipa su cabriola en los cabellos, marca su huella en los retratos, sorprende a los muñecos del hogar. Es el animalito predilecto de los hijos, lo agarran de las patas y con ellas cortan sus venas. Para que no ande solo en los rincones de esa gran ciudad que es la casa, han pedido que los dejen cuidarlo con esmero, cambiarle la ropa cada vez que siembre su trompa en los juguetes.
3
El comején que llevamos en la conciencia daña la esencia de las cosas alegres, escarba la emoción y la contrita. Que no se esconda en la raíz del corazón nuestra insectitud amarga. El comején acecha y nos encuentra cubiertos de malicia en una iglesia de soledad. Que lo triture nuestra fe sin que se entere la polilla de esa buena obra.
4
En la abeja, el dios de la colmena tejió su dulce herencia: sangre convertida en miel de los palacios. La abeja eructa su materia nítida en el silencio gris de las gargantas, poliniza la voz de cantores y niños enfermos, atiborra de ánimo el deseo de las madres por sanar a sus hijos de tanto odio.
5
La mosca es traviesa como un niño, no sabe a dónde va pero se entretiene con sus vueltas insensatas, acaricia los platos y la mesa, los focos y las manos del silencio. Me persigue hasta el baño, intenta besarme con su voz harapienta, me toma de la espalda y me dice adiós como si nunca volveremos a vernos. La mosca es amiga de mis sueños, me distrae en el trabajo y en la calle, conversa con mi esposa, mi primera novia, celosamente me acompaña en los roces privados.
6
Paso la noche entera contando las hormigas, antes contaba grillos para dormir al insomnio. Ahora las hormigas despiertan cuando me confundo y sé los números tatuados en mis pies reumáticos.
7
La cigarra, en su corta vida, cantó su bitácora de incertidumbre, su animal historia. La soñaron los niños al dormirse apenas; los ojos vegetales y la lluvia la soñaron encima de los árboles del pecho. Nadie la vio estallar de pronto en su éxtasis sagrado, al esfumarse entre las ramas del rocío.
Santiago Canto Sosa. nació en Calkiní, Campeche, México, el 19 de julio de 1962.
Estudió en la Escuela Normal de Profesores de Calkiní (1977-1981), en la Escuela Normal Superior Federal de Campeche (especialidad de Español, en 1985-1990) y Diplomado «Medios para comunicar el patrimonio», en el Instituto Internacional de Periodismo «José Martí», en La Habana, Cuba, 2011).
Maestro jubilado y cronista de la ciudad de Calkiní.
Libros publicados: Resumen de la piel (Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Campeche, 1994); Los cantos de Uno (Ediciones Nave de Papel de Bacalar, Quintana Roo, 1997); Abecedario de la casa (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, PACMYC-Campeche); Anecdotario Calkiniense (Edición del Ayuntamiento de Calkiní); Poetas del Camino Real (compilador; edición de la Universidad Autónoma de Campeche, 2008) y Biografía del insecto (edición particular, 2021).
🖥️ Página del autor: https://www.calkini.net
🖼️️ Ilustración poema: Mural in Rayito Street, Daniel Capilla, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.
👀 POEMAS SORPRESA (traídos aquí desde nuestra biblioteca)
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* N. del E: En el poema aquí publicado se ha procurado que las líneas y las sangrías guarden la extensión tal y como las escribió el autor. Para su lectura en un dispositivo móvil aconsejamos que el aparato se sitúe en posición horizontal.
Revista Almiar – n.º 137 | noviembre-diciembre de 2024 – 👨💻 PmmC – MARGEN CERO™
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