poemas por

Remisson Aniceto

 

Hago poemas

en versos negros

y versos blancos

para que todo poema

sea libre.

 

RUA (CALLE)

 

Na casa de nº 0

um vagido rompe a manhã

 

En la casa marcada con el número cero

un vagido rompe el cristal de la mañana

 

Na casa de nº 08

uma criança saúda o sol

 

En la casa marcada con el número ocho

un niño saluda al luminoso amanecer

 

Na casa de nº 20

um rapaz que amadurece

 

En la casa marcada con el número veinte

un muchacho empieza a madurar

 

Na casa de nº 32

uma mãe que amamenta

 

En la casa marcada con el número treinta y dos

una madre entrega el jugo de la vida

 

Na casa de nº 50

uma carícia vesperal

 

En la casa marcada con el número cincuenta

una caricia corre las cortinas de la tarde

 

 

Na casa de nº 75

um casal namora antigos retratos

 

En la casa marcada con el número setenta y cinco

un matrimonio reaviva su amor ante fotos antiguas

 

Na casa de nº 100

uma senhora cega e surda

pressente o cair da noite

 

 

En la casa marcada con el número cien

la señora de los ojos ciegos y la boca muda

presiente la caída del silencio sobre la noche oscura.

 

 

(Traducción al castellano por Pedro Sevylla de Juana)

 

ENVOLTURA

 

¡Idiota! ¿No ves que nada eres?

Apenas fina capa mohosa te protege

de la podredumbre. Gusanos hambrientos te rodean.

¿Ignoras que en un pase mágico, en un segundo apenas

cae por tierra toda la altivez y el bello

papel de regalo revela la fétida masa?

El gusto amargo de la hiel, la visión incierta,

el torcerse de las piernas, el descontrol total…

¡todo es inevitable!

Cualquier día serás presa fácil:

el tiempo es impiedoso.

El trágico fin no depende de tu voluntad.

La arrogancia que derramas no pasa

de ser faceta inútil de tus diversas faces

vanas y mundanas.

Al sol poniente, el rostro marchito y los huesos corroídos

dolerán más que en aquellos que tuvieron

la precaución y el buen tino de ser

simples y ocultos.

Quedarán tus lindos cabellos…

¿Y qué utilidad tendrán tus cabellos, hilos

huérfanos y subterráneos, dispersos, opacos

sobre los huesos?

 

LLUVIA

 

Un cuerpo sobre la mesa –

y fuera el día llora

aguas de la tristeza.

 

PLUJA

 

Un cos a taula –

i allà fora el dia plora

aigües de tristesa.

 

(Traducción al catalã: Pere Bessó)

 

JARDÍN

 

Acerquémonos, pues, querida,

en medio del camino,

soñando nuevos y viejos sueños,

que todavía ellos —los sueños—

no tienen edad…

Seamos niños en un jardín de rosas

porque quiero quedarme contigo en la tierra

y dar gloria a las otras flores

más pequeñas que tú, querida,

y menos bellas.

¡Gloria a ti, Rosa!

Quiero sentir tu perfume,

acariciar tus ramas

y poco a poco llenar

de besos tus hermosos pétalos,

tus ojos, tu pelo,

tu cuerpo,

mi refugio…

Tú y yo,

un jardín de sueños

donde me alimento alimento alimento

con tu aroma de sol y de luna

en el rocío de la mañana…

Y contigo son dulces mis días y mis noches,

dulce mi vida.

¿Sueño?

¿Y por qué, Dios mío, este sueño,

como muchos otros

y para mi mayor gloria,

no puede convertirse en realidad?

 

TRANSICIÓN

 

¡Es tan frío el hueco y tan oscuro el huerto

donde depositan mi cuerpo doliente!

—¿Cómo el hueco es frío si el cuerpo está muerto?

A partir de ahora sólo el alma siente…

¡Ah, esta cama tosca donde estoy echado

y este cuarto oscuro y tan bien cerrado!

Quiero levantarme, pero estoy cansado…

¿Qué rumor es ese en el cuarto al lado?

Hay un jardín cerca: siento aroma a flores.

Quiero levantarme, pero estoy cansado…

Estoy tan cansado pero sin dolores.

Y el rumor aumenta en el cuarto al lado.

 

—¡Bajen el cajón! —dice alguno ahora.

¿Quién murió en tanto estuve durmiendo?

Cercano a la puerta oigo alguien que llora,

lamenta la suerte de quien va partiendo.

Quiero levantarme, con fuerza tamaña

inertes mis manos y mi cuerpo duro.

Reza el sacerdote en una lengua extraña,

mientras quedo preso en este cuarto oscuro.

Va cayendo tierra sobre el tejado.

Parece que el mundo se está derrumbando…

El aire me falta en el cuarto cerrado

y una multitud está afuera llorando.

Siento un temblor leve, un escalofrío…

Ya casi nada más estoy sintiendo.

¿Por qué no me sacan de este cuarto frío?

Alguien murió mientras estuve durmiendo.

 

¡Es tan frío el hueco y tan oscuro el huerto

donde depositan mi cuerpo doliente!

—¿Cómo el hueco es frío si el cuerpo está muerto?

A partir de ahora sólo el alma siente…

 

                         (Traducción al castellano: Graciela Cariello)

 

O TAL O CUAL

 

Entre el amor o el odio

entre la fe y el no creer

entre la vida o la muerte

entre Dios y el diablo

prefiero esto a aquello.

 

 

poemas Áurea

Remisson AnicetoRemisson Aniceto: «Desde mi infancia, admirado de ver las sonrisas, las muchas caras, las diversas expresiones del rostro de mi padre cuando leía, pensé que esto debía ser bueno y luego también empecé a leer. Con la lectura, vino el incontrolable deseo de escribir. Desde entonces escribo cuentos, poesía y artículos diversos, con algunos de mis trabajos traducidos y publicados en blogs, sitios web, magazines y periódicos de Brasil, Argentina, Chile, Cuba, España, Francia, México y otros países.
Mi amigo y gran escritor Pedro Sevylla de Juana, colaborador de Margen Cero, escribió un hermoso texto crítico sobre mi poesía (Remisson Aniceto, poeta a martillazos). Gracias, Pedro, por tu bondad y por tu amistad.
Nací en Nova Era, ciudad cercana de la Itabira de Carlos Drummond de Andrade y siempre soñé que algún día podría ir más allá de las montañas para conocerlo —después de todo, éramos vecinos—, pero como el poeta me había advertido mucho antes: «tenía una piedra en medio del camino». Hasta que en 1987 Drummond, que pasó gran parte de su vida en Río de Janeiro, desde allí viajó definitivamente.
Mi revista PROTEXTO (www.remisson.com.br) son páginas siempre abiertas a todos los que aman leer y escribir textos interesantes».

 

📸 Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©.

 

Mar de poesías

Poemas en Margen Cero

Revista Almiarn.º 81 | julio-agosto de 2015 MARGEN CERO™

 

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