por
Rossy Elizondo

 

En Homenaje a los 43 estudiantes
desaparecidos

 

Y

la tierra girando y girando entre trompos palabras de brazos abiertos de cabeza descalabrada la tierra en circulares dimensiones enrollada de tumbos panfletos daguerrotipos consignas en el bulevar de Iguala/ la tierra en luminiscencias nubes se columpia vomita semillas de lamentos como perfumada gacela ella incesante se mueve quebrantada lúgubre/ y así a jalones y a nalgadas llegamos nos devora la tierra rezos en pilones de agua/ por los misales acorazados meses fugas cerebrales de leprosos sin mortaja retablos de imágenes de santos nos arañan/ en deshoras desnudos cubiertos de escapularios partimos sobre vueltas y vueltas dolientes rabiosos en la búsqueda entre el cielo y la tierra de los desaparecidos estudiantes/ dramática duerme la noche en cajas musicales de féretros verde te despierta a pellizcos gira a la deriva en ríos de espíritus donde los axolotes naufragan al aire/ silenciosa entre tempestades de diablos y ángeles la tierra baja sobre un elefante hacia el circo de la vida salta por un aro en incendio con su larga trompa vierte polvos diamantes canta en extravío espantada por los ladridos del xolozcuintle/ aquí son de nadie cruces de cal territorios marcados de cada hombre consumidas calaveras de azúcar/ tarda la vigilia en llegar es negra blanda noche un dulce blues perfumado maldiciéndome y lloras cuando río irónico incontrolable aspiras humo de manera que muestras tus lustrosos huesos y dientes podridos/ al amanecer no encuentran las víctimas desaparecidas son tenderetes de manchadas sábanas sucias la impunidad/ universidades sepultadas de los de Papaloapan y los del Istmo/ y te traslada la tierra en rituales temores corroídos imprecisos mapas de las estrellas infernales meses de trampas alumbrados con maullidos de tenores gatos destripados enjauladas en círculos cuadrados lunas hechizadas de octubre/ es de rasgaduras revolucionarias la madrugada tocan y tocan la puerta de las miles de recámaras de mi casa de zapatos/ cordial se despiden en tracalera las mujeres con cinchos y carrilleras las tropas entre el batallón unos a pie otros sobre esqueletudos caballos/ hombres morenos fantasmales al aire hordas de hienas voladoras/ abajo un jacal otro allá otro más hacia el norte hileras de montañas Los Aldama Los Herrera escurrimientos de retretes fosas clandestinas a medio cubrir carretillas de los costales de dinero que se llevan/ pedacitos de papel quemados de piñatas de Gortari y Peña Nieto ennegrecen el agua muerta del Río Bravo/ caravanas de familias de indocumentados decrépitos hipnotizados son los personajes de la acuarela sangrante del paisaje mexicano/ más adelante coyotes pelean huesos de descarnados hombres cubiertos por los cuatrocientos blancos cantos del cenzontle/ entre paliativas hambres almas naufragios pesadillas lustrosos derrames eternos de voces blanco petróleo en el caracol laberinto lesionado de mi oído lo penetran incendiando las fugas de naftalina de la puerta de las miles de recámaras de mi casa de zapatos/ Viva Cocula/ Viva Ayotzinapa/ a las tres de la mañana Oaxaca es un camino evaporado de almas de criollos y mestizos arboledas de ojos y bocas remendadas/ macabra tenebroso silba te pica te espanta como alacrán de cola y tenazas elevadas la justicia/ correderas de payasos cirqueros bufones vendedores de pulque banderines tricolor de papel china/ pólvora cohetones/ toritos de carrizo/ carnes de cañones trompetas en temperaturas violáceas de ecos gritando «Vivan los hermanos Serdán» «Vivan los hermanos Magón» decenas de voces entran por cerraduras de las puertas del Palacio Municipal/ quejumbrosa sedienta de mezcalina bajo un cielo de lluvia de aerolitos y yo callada solidariamente hablando hasta el amanecer de los capos y de los cárteles de lo derrocado de mi pueblo con su foto mi querido general Emiliano Zapata sin saber que no me escuchaba le murmuraba tras la flaca noche con mi boca muda/ en la siembra de agosto nos topamos con las pláticas fueron disipando penumbra entre la crecida parafina de los pendulares ahorcados a enterrar y sin encontrar a los estudiantes muchachos cabalgamos y cabalgamos atravesando bisagras establos candados ventanas de las miles de recámaras de mi casa de zapatos/ al alba cánticos de tenores gallos aforismos de vivencias entre dolores de partos la tierra avanza renace quebradas ramas de cempasúchil la tierra era de fierro carne perfumada el híkuri era vaga la tierra de nadie de quien la trabaja/ y ya la tierra con su boca llena de calaveras de los hombres campesinos de velas ilumina sífilis ébola se refugia desgastada dentro del sangrante caracol laberinto lesionado de mi oído/ a ratos eran taciturnos recorridos a ratos un ojo mío borracho de sueño y el otro con pesadillas soñaba asmáticas desteñidas nuevas voces de las fuerzas militares éramos de parcas protestas de estudiantes mujeres ancianos y niños/ regresaba como caballo la noche a pedazos solitarios el silencio a la altura de Puebla y Tehuantepec agujerado por balazos de rezos al aire/ volteados hacia la polvorienta pared y a ráfagas del fusilamiento crecían las voces con vendajes a los ojos amoratados de amor atados con santos de plástico al esqueleto/ el mediodía eran mares de sol escurrimientos amarillos en gajos bendiciendo los cientos de fosas clandestinas perpetua noche sin fin llano en llamaradas libertarias era la tierra quemada mexicana/ lento y a paso rápido se fueron elevando cerros de baleados huesos en la comarca y así sin más que perpetuo aire para llenar el abismo de los pulmones la corrupción como una mula pateaba y reventaba el caracol del laberinto lesionado de mi oído/ afuera Dolores Hidalgo los asesinatos el sotol el mezcal y el tequila los naranja Rolls-Royce rodando en Nueva York trenes bala en Japón los Himalaya edificios de Dubái los de arriba los de abajo con sombrero de petate y bigotes de alambre las acciones de las tierras y las trasnacionales de Francia el monstruo fracking chingando contaminando mantos de agua/ temblores en Cadereyta y Monterrey/ y de oficiales brazos abiertos la tierra de cabeza girando y girando entre bandas municipales de madera títeres marionetas sarapes rebosos tambores triques gallos en rotación/ veintiséis de septiembre dos mil catorce la ciudad es un holocausto/ remolinos de cuervos lanzándose al vitral del Santo niño de Atocha por el camino de huesos niebla de pláticas magueyes abotonadas flores de tuna hojas de cuadras de poemas para los desaparecidos muchachos de Ayotzinapa/ hacia Aztlán en llamas humaredas de ángeles y querubines/ hileras de leyes quebradas/ mortíferos elevados impuestos como penes de salamandra escupiendo/ compungida parturienta manca es la justicia desvencija las puertas de los jacales como meretriz danza sin equilibrio desbalanceada sobre los empalmados cadáveres en la milpa/ que son hijos de más los que te llevas dices muerte con tus pechos secos manos curtidas nos amamantas y sin despertar con un ojo medio abierto borracho de sueño y el otro con pesadillas en el bajío del purgatorio tlaxcaltecas mexicas tarahumaras huicholes pulcros libertarios decorosos enfilados a bordo en la cargada carreta de calavera ya mero que ya mero por San Benito llegamos a Cocula/ antes a veinte minutos revestidos de amuletos fetiches guareches con suela de cuero y tela de algodón nos rodeaba Sabinillas Santiago Escobedo García pasarelas de frailes monjas obispos políticos que nos electrizaban los ojos con mentiras en lo alto de Paredón en las miles de recámaras de mi casa de zapatos/ ilegible el tiempo da topes de cabra en el campo santo seis de la mañana septiembre 16 del 2014 amanece diáfano en la floresta montañas de injusticias sitian a Ciudad Juárez Sonora Hermosillo Tijuana Michoacán Piedras Negras Colima nocturnales miserables semanas de años este día todos juntos jodidos tuertos jorobados enanos dormidos alrededor de la fogata del sol nos refrescaban cataratas de lágrimas de sangre de la virgen de San Juan eran cristalinas lágrimas de lluvia de plumas cubriendo las gruesas listas de los desaparecidos muchachos estudiantes/ mal entonada lluvia de México bajo otras lluvias de piedras de resorteras carabinas de palo cráneos descarnados orquestada confusión de gestos paternales en llamaradas las campanas de la catedral/ en la frontera diluvio de voces persiguiendo el sueño americano empolvadas mesas con patas de ratas tenedores y cucharas con ojos de búhos embarcaciones fantasmales ancladas la hecatombe de esqueletos voladores buscando debajo de los triques el ático en el caracol quebrado del laberinto lesionado de mi oído a los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos/ como perros humanos ladrando y ladrando consignas sociales esqueléticas voces en quejidos frente al Zócalo en llamaradas las puertas del Palacio Nacional «Viva Zapata» «Viva Cocula» «Viva Ayotzinapa» «Que muera el falso gobierno de la árida patria».

Diciembre 1 de 2014

 

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Amanece

 

A

l amanecer la luz viaja 7.5 veces por segundo alrededor de la tierra/ en Colombia un joven ambientalista por amor a la naturaleza se casa con un árbol en el Parque Nacional de Bogotá/ entre la región salvaje de Estados Unidos un policía blanco estrangula a un afroamericano por vender cigarrillos de amapola/ la Reina Isabel recomienda austeridad luciendo  una corona de más de un millón de libras esterlinas/ al amanecer en ciudad Juárez sigue el tráfico de tratantes de «mujeres blancas»  en el Río Bravo flotan nuevos cuerpos de hombres sudamericanos/ en Guerrero no encuentran a los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa/  espera un nuevo libro ser abierto y sus miles de hojas conquistadas elevarte al mar abierto del acaloramiento regiomontano/ Al amanecer el día recobra la portentosa estampa del Cerro de la Silla/  niqueladas ventanas del Edificio Latino higienizan las ráfagas de luz/ soberana mi tetera de encima de la estufa silba como heroína estrenando aromas tiernos de hojas hierbabuena entre avispas brota la flor de mi nombre bajo el cielo rabioso/ En Monterrey solariegos techos de lámina recalienta el sol/ escandaloso el aire desanuda  hambres de mi estómago agujerado/ al amanecer aves migratorias de largo cuello  cruzan nubes rojizas  como escuadrones de guerra/ vuelan enrollados al aire amadas figuras humanas grabadas sobre papel bond llevando claras frases de amor bajo la leyenda desesperante de «se busca»/ turbas de vendedores ambulantes piratas ofrecen la compra y demanda de productos con la etiqueta de «Made in China»  enraizados a la tierra los hombres permanecen flotando/ al amanecer en la avenida reforma echan fuera de una cantina a un borracho de nariz rota  retador a morir hasta la última cerveza/ regresan a sus casas mujeres de aroma a perfume barato de zapatos desgastados en la Avenida Madero los expendedores de periódico encuentran a los transeúntes carritos de comida ambulantes asan bistecks cebollas aderezos para ofrecerles sus ventas/ los transeúntes llevan audífonos a los oídos con lonche envuelto en papel estraza caminan a pasos desesperados esperan la señal del rojo para alcanzar su autobús/ vitrinas de boutiques corroídas por gruesas capas de esmog refriegan los cristales y los azulejos quebrados las demostradoras entre bostezos/ al amanecer los noticieros amarillistas lo dicen todo lo callan todo lo tapan todo como los castores que realizan sus maniobras de obstruir el paso del agua de los ríos con quebradas ramas/  se sigue la matanza entre los narco policías los halcones los cárteles  el dolor regresa a bruñir  nuevamente perfumes metálicos de las medias oxidadas de la ciudad alcoholizada y vieja/ removidos lucen vagones del metro los que van hasta reventar/ nuevos versos de tinta aún fresca sobre los muros de las fábricas se elevan / zigzaguea un hilillo de moscas de una cabeza dejada por Constitución/ abre sus siderales colores el día/   es revolcado por picos y alas de ráfagas de ángeles las horas/ cada minuto avanzo hacia atrás hacia el origen de la tristeza te busco entre el corazón adolorido de los caminantes/ nacen nuevos hombres a este valle ardiente de lágrimas como los grabados de Doré y esta guerra entre los hombres del que nadie absolutamente nadie quiere salir ni soltarse a caer hacia el abismo de sus propias almas y hoy más que sumas y restas y divisiones políticas de letras esta noche al amanecer sálvate al centro de mis muslos/

 

arabesco rojo texto Rosa M. Elizondo

 

Rosa María ElizondoRosa María Elizondo. Artista plástica y poeta. Originaria de Monterrey, N. L. Escritora desde su raíz, los últimos años dedicados a una poesía explosiva y cándida, desprovista del pudor propio del desconocido; esto es, elimina la formalidad natural rayana en la frialdad cortés para entrar sin preámbulos al corazón de la llama, que es el constituyente de su trato con la palabra.
LITERATURA:
Parte de su obra literaria se ha publicado en diversas antologías como en el Espacio abierto de Gabriela Sáenz; Blog Literario Ovárica voz, de Betty Galaviz; Verso Norte, de Zaira Espinosa; Flores en el desierto Poesía femenina de la ciudad de Monterrey, de Ernesto Castillo; Memoria del IV Encuentro de Escritores Marcianos Escritores por Santa Catarina; Antología de Poemas por Arnulfo Vigil (Poeta, Editor, Periodista) editado por la UANL y Scifi Haikai selección de poesía por Fernando Galaviz Yeverino publicado por POETAZOS.
Ha publicado sus textos literarios en las revistas Oficio Ediciones de Monterrey, N.L.;  Reflejos (de Tamaulipas); Rayuela/carta de literatura; La Nuez; en las secciones culturales de los periódicos El Santacatarinense, El Fameño y quinta Edición, todos ellos de Santa Catarina, N.L.; El Centenario de San Pedro, Garza García, N.L., así como en el El Terminal y Papeles de la Mancuspia de Monterrey, N.L., en el fanzine literario Cosmonauta, de Ingrid Bringas M., en la revista Ahí Muere, de Priscila Palomares y en la Revista Literaria de Colombia Trinando, de Carlos Ayala.
En 1995, obtuvo una mención honorífica en el Concurso de Poesía «Los Cuadernos de la ventana», organizado por la Universidad de Monterrey. Ha publicado el libro En el Corazón del Canto, en el año 2001, por la editorial Nefte Braga (100 ejemplares); segunda reedición del libro En el Corazón del Canto, en el año 2002, por la editorial Rayuela Editores (300 ejemplares); Peca de Ángel (2002) por la editorial Oficio Ediciones; Arbol tinta en Agua (2005) por la editorial Oficio Ediciones; La lluvia era miel (2008) por la editorial Oficio Ediciones; La noche se ha vuelto un territorio triste (2013) por la editorial Oficio Ediciones y Río de lobos (2014) por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
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🖼️ Ilustración relato: 20novMx Protesta Ayotzinapa en Buenos Aires, By ProtoplasmaKid (Own work) [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons.

biblioteca texto Rosa María Elizondo

Relatos en Margen Cero


Revista Almiarn.º 82 / septiembre-octubre 2015MARGEN CERO™

 

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