poemas por
Sebastián Casguire
Deshabitado
Hay un lugar donde nadie nace
y de la misma forma, nadie muere.
La yerba no crece y nunca llueve.
No hay sequía y tampoco nieva.
La tierra no se ve, mar nunca hubo,
animales jamás se han visto
y es un lugar, que tal vez
nunca haya existido.
Es un poblado que se llama deshabitado.
Es conocido, por no ser conocido,
por ser diferente, a cualquier lugar.
Por no tener ni sol, ni luna.
Por no haber templanza o hambruna.
No hay peste, no hay muerte, ni guerra.
No hay sangre, no hay agua,
no hay nada.
Es un sitio estéril, virgen,
inerte e inmortal.
No es un paraíso y mucho menos
un infierno.
Es el lugar deshabitado
en el interior de un hombre.
Ha sido el lugar
donde estuvo su corazón,
habitado por una luz,
por una única mujer
que al haberse ido,
dentro del pobre infeliz
todo se ha marchitado.
Y quedó deshabitado.
Andamos
Con la mente cerrada, con ignorancia y sin la ciencia
Con la cabeza hacia bajo, para ver nuestra obediencia
Con la cautela nula, ignorando cualquier advertencia
Con los puños cerrados, para recibir la inclemencia
Con ingenuidad infantil creyendo en cualquier creencia
Con brazos extendidos para abrazar a la demencia
Con la vejez en el alma, sin dejo de adolescencia
Con la boca cerrada, para no gritar por clemencia
Con nervios fatales, para perder sin más la paciencia.
Labios
Son los labios tuyos, donde deseo aferrarme
ya que es aquel lugar donde el estruendo culmina
Es la parte en el que el arrogante trueno calla
el cielo se deshace y la vida se ilumina
Son los labios tuyos, donde quisiera quedarme
El río donde el amor se asienta a descansar
La promesa de regresar, vaya a donde vaya
para volver a besarte, vivir y probar
Que dios me perdone si mato a alguien por ellos
Que la vida se acabe si es que los menosprecio
Que nunca exista algo más grandioso que tú.
Amor sacrílego
Soy devoto a tu alma,
sacrifico todo de mí, solo por ti
para hacerte el dios de mi altar.
La llama de mis plegarias
y el incienso de mi comunión
como la cruz que llevo
en lo profundo del corazón.
Como el agua bendita
que de tus labios bebo
podrás decir
que mi amor es sacrílego
que es pecado
y que me estoy condenando.
Pero que así sea
si es que a tu interior
me estoy involucrando
para morir negligente,
a los dioses del hombre
y renacer triunfante
al paraíso de los amantes.
Así es como hoy
Como cuando caminas con la cara contra el viento
así es como ahora yo me encuentro.
Como cuando sabes que no puedes ir más lento
ese es el recuento de mi día.
Como no poder pagar las deudas cotidianas
y no poder pagar ni tu féretro.
Como cuando las calles no pueden ser más mundanas
y en su estruendo no hay ni una eufonía.
Sebastián Casco Aguirre nace en la ciudad de Veracruz, México, en el año de 1994. Estudió la carrera técnica de Diseño Gráfico asistido por computadora, así como diversos cursos en animación digital y diseño en 3D; se interesa por las manifestaciones artísticas como la poesía, el cine, la literatura y la música. Actualmente es estudiante del segundo año de bachillerato. Su inquietud hacia la poesía surge a partir de sus estudios primarios, al inicio como una tarea y luego como una forma de entender lo complejo de las emociones humanas.
Contactar con el autor: sebascasguire [at] hotmail [dot] com
Ilustración poemas: Fotografía por Pedro M. Martínez ©
Revista Almiar – n.º 64 / mayo-junio de 2012 – MARGEN CERO™
MUY BUEN TRABAJO, SIENDO UN JOVEN HA SABIDO EXPRESAR UN SENTIMIENTO EN UN FOLIO,
ME HA GUSTADO SU TRABAJO EN TODO ESPLENDOR HE VISTO MUY POCOS JÓVENES CON ESTA CAPACIDAD
ESTUPENDO, Y FELICIDADES.
ESPERO MAS LINEAS DE EL.