poema por
Juan Carlos Vásquez
Me trajo hasta aquí, exigió verlo todo
siguiendo una circunferencia entre pausas.
Avisó de la puntualidad de las horas ante lo inexplicable
esperando un crecimiento paulatino,
una compresión más allá de lo normal,
pero un día entró con su despotismo una advertencia y dijo:
«Conmigo o sin mí, ahora es el momento, si te gusta o si no te gusta».
Estuvo allí, señalando con sus signos a mi padre,
es la muerte.
Se presentó con sus diversas y complejas disposiciones
de normalidad al decir que a todos nos pasa,
guiando la invariable forma que atraviesa el último minuto
bajó de su altar y profirió el aviso.
La acompañó una rareza insoportable, un clima de profundo
sonambulismo que lo irrepara todo.
No quise acatar pero la muerte y su designio
es impostergable,
se abalanza sin tregua en mi distancia,
ronda orientado por un pasillo oculto que precede al despertar,
y sueño que sueño con mi infancia
inmovilizándome ante el recuerdo,
ante la fijación de sus ojos,
de su amor callado,
de su estar que ya no es...
Aun así,
pudo describir la ventana que da el acceso,
la luz propagándose entre la oscuridad que señala una salida.
Se hizo al viaje del que no teníamos conciencia
marcando una irreparabilidad absoluta,
alejándose, hasta suspenderse en el recuerdo
permanente.
Él, se queda para siempre revivirlo todo
y hablarnos del futuro en medio del sueño.
Va y viene por una continuidad absoluta
que estableció el tiempo y la sangre…
· Blog del autor: Arquetipos de mi yo
Leer más textos de este autor (en Almiar) Ilustración poema: Fotografía por TheDigitalArtist |
Revista Almiar – n.º 95 | noviembre-diciembre de 2017 – MARGEN CERO™ – Aviso legal
Últimos comentarios de los lectores