José Sabater Monfort
Malena
Recuerdo tus labios en el autobús esta mañana, lacerantes exiguos entre el rostro labios rojos, como pimientos morrones y una mirada.
Luz de la mañana ternura. Afrodita en labios de la doncella, emperatriz de su casa.
Y podía ver en tus ojos la tiranía de un cabrón. y podía ver las lágrimas y los suelos fregados.
Pero te vi en el autobús, podías haberte hecho pasar por cualquiera y quizás nadie lo hubiera notado.
Por mi extraña condición quizás fui yo quien lo advirtió y ardía en deseos de decirte lo mucho que te hubiera gozado: sobre la cama, sobre el sofá en la ventana mientras arde la tetera. en el pasillo, al ritmo de la lavadora.
Y podrías haber sido una perfecta amante anfitriona, la dama de los besos y la aurora de los templos más doctos, la virtuosa de los esquemas sanguíneos entrelazados, mi amante más furtiva.
Pero, sin decir nada, te bajaste en la próxima parada. con la huida de las curvas pensé que ya no era tan buen día para escribir poemas.
Así que yo también me bajé y anduve vagueando por la ciudad como un desconocido como un amante sin dicha como un escritor sin carne
para el guiso del poema.
Contactar con el autor: psabater[at]yahoo.com
∴ Ilustración poema: Pedro M. Martínez ©
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