EL ANTI-BESTSELLER
por
JOSÉ ADOLPH
¿Cómo era la canción de los Beatles? «All you need is love».
¿Es cierto? ¿Todo
lo que se necesita es amor?
Uno quisiera
creerlo, sobre todo cuando está enamorado y los fantasmas acechan.
Fantasmas ectoplasmáticos
pero otros, menos gaseosos, también.
¿Qué destruyó
al amor de Romeo y Julieta y a ellos mismos?
La guerra entre
Capuletos y Montescos, se dirá.
O el mundo. O
la envidia de los emocionalmente estériles. O la represión.
O la buena suerte.
¿Cómo?
¿La
buena
suerte?
Sí, la buena
suerte.
Olvidemos a Shakespeare,
ese magnífico autor de bestsellers. Apliquemos simplemente una pizca de experiencia
no-literaria y otra pìzca de sentido común. Con experiencia y sentido común
no se fabrican bestsellers, ni los buenos ni los malos. No se fabrican con
realidades ni con sueños desmesurados. Los bestsellers se fabrican con
deseos modestos. Con sueños ocultos, vergonzosos y frustrados.
He aquí algunos:
El amor eterno.
La fortuna bien o mal obtenida pero bien aplicada. La superación individual
de barreras como la raza, la clase, la religión o la familia hostil. La casita
en Canadá. La victoria del bien. La derrota del mal.
Cambiemos el
nombre de Romeo por el mío y el de Julieta por el tuyo. No tenemos catorce años ni vivimos en Verona. Tenemos, respectivamente, treinta y ocho y veintinueve ¿okey?
Okey.
Vivimos en Lima,
Perú, ¿okey? Okey.
No hubo familias
opositoras, ni guerras o revoluciones que nos separaran como al Dr. Zhivago
y a su noviecita. Yo no era ni soy pobre. Tú tampoco. Tampoco apareció, como caído del cielo o subido del infierno «el otro» o «la otra». Ninguna penosa y destructiva enfermedad interfiere. Es imposible que algún terrible día descubramos, como en una telenovela clásica, que en realidad somos hermanos: nacimos en continentes diferentes. No hay espada de Damocles alguna sobre nuestras cabezas. Somos una versión olvidable de Romeo y Julieta. No tuvimos suerte. En vez de morir continuamos. Nos casamos. Fuimos felices. Hemos sido bendecidos, como suele decirse, con un par de hijos lindos e inteligentes. Nuestros suegros y suegras nos aman. Nuestros amigos nos envidian. Nos llaman la pareja perfecta. Entonces: ¿Por qué nos odiamos, después de aburrirnos y antes de separarnos o asesinarnos? ¿Dónde falla la vida y dónde la literatura? Shakespeare fue inteligente. Los mató a tiempo. Una muerte espectacular, sangrienta, teatral. Ningún lento gotear de los años. Nada de «buenos días» por encima del periódico del desayuno. Sin el «¿y?» de los minutos sobreextendidos. Sin los chistes repetidos y la nostalgia rutinaria. Sin empujar el coche de los gemelos ni, después, el de los nietos insoportables. Sin el «ya lo sé» del almuerzo. ¿Imaginas a Romeo y Julieta vagando por el parque, entre escatológicas palomas, desesperados por una banca? ¿Sacando por turnos la basura? ¿Buscando los guantes de goma para lavar los platos? ¿Dónde quedó el bestseller, dónde la tierra prometida? ¿All you need is love?
(Del libro de cuentos titulado
Los fines del mundo) |
________________________ Algunos datos sobre el autor:
José B. Adolph, escritor peruano nació en 1933 en Stuttgart,
Alemania.
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Cuentos:
El retorno de Aladino (Lima, 1968), Novelas:
La ronda de los generales (Lima,
1973),
📸 ILUSTRACIÓN RELATO: Fotografía por Pedro M. Martínez © |
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