Zodiaco
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Silvia Lázaro
Nunca lo lee, ¿no? ¿Que
el qué? Pues el zodiaco, señor. De eso hablo. Yo tampoco lo leo. Afirmo
como usted afirma, sigamos pues mintiendo. Dice que no sabe de qué
signo es. Ni yo tampoco lo sé. Sigamos así y verá como no le enseño
el zodiaco de Meet. ¡Qué librito! ¿Ahora le interesa? Lo sé por su
cara. Nadie se resiste. Por la fecha de nacimiento que viene en el
carné... Qué no. Que nació tres días antes. Entonces es Aries. Sí,
le devuelvo su carné. Firme y si quiere márchese. Echada la gasolina,
y yo cobrado su importe, puede irse. Ya, que no diga más, que son
tonterías. Pues no me callo, hombre. Adiós. ¿Quiere ver el librito
que encontré de Meet? Tengo tiempo y por lo que veo usted también.
Le invito a una cerveza. Bien, bien, el librito. ¡EA! Lo llevo siempre
en la guantera del coche y en el trabajo, aquí, en el cajón. Es muy,
pero muy especial. ¿Quién era Meet? No lo sé. Ni idea, señor. Pero
yo que no leo los horóscopos del Zodiaco, ni creo en ellos, ni sé
cuál es el mío, se lo leí hace unas semanas a mi jefa y después de
hacerlo me subió el sueldo. Quiso comprarme el manuscrito. Claro,
éste no tiene precio, lo que me da mi librillo es mucha conversación.
Con él ligo, con él embauco, por él me invitan mis amistades y desconocidos,
con él... ¡Qué más le digo, señor! Me apodan el Meet. Toque, toque...
¿antiguo? ¡Un tesoro! ¡Una antigüedad única! ¡Una joya! Huela, huela...
A viejo. Lo ve. Es auténtico. Lo encontré... No. No se lo digo. Hasta
que no le lea el horóscopo no se lo digo. Es Aries. ¡Qué rica! ¡Qué
bien sienta la cervecita a esta hora! Hay que tratarlo con «mucho
tiento» —así habla mi padre. Sabe poco de dicción y vocablos—. Yo
sí. Límpiese las manos con estas toallitas, por si quiere tocar esta
maravilla. Me gusta leer cosas curiosas como ésta. Se busca fácil.
Sus hojas son tan gruesas. Palpe el canto. Hay hasta restillos de
vegetales. Antes se hacían los libros para que fueran únicos. ¡Yo
que sé de cuando es el Zodiaco de Meet! Le faltan hojas. Aquí se nota.
Y la numeración tiene saltitos. Pero sirve, señor. Ya verá como le
cambia su vida.
Aries, varón. Ojú con lo que dice:
«Casado estarás en segundas nupcias porque darás muerte física
o ficticia a la mujer con la que engendrarás descendientes».
Por su edad creo que no falla.
Que sí. Que es divorciado. Que tiene hijos. Primer acierto. Pero que
son tres sus mujeres. El libro habla de ruptura. Que sean dos o tres
da igual. Con las que tuvo hijos es la que ha matado física o ficticiamente.
Que no la mató. Que murió de repente. Otra vez. ¿No se da cuenta que
el libro habla de muerte? De mujer que nunca podrá retornar. Se le
ha cambiado el semblante, señor. ¿Está bien? No. En un accidente de
coche. Usted conducía. Vaya, vaya. Este librito no falla. Le sigo
leyendo. Antes, si quiere, desahóguese. La quería mucho. Sí que la
quería. Su mirada ha cambiado con su recuerdo. No la olvida. Después
de lo sucedido dice que se hizo lo vasectomía. Promesa de amor ante
la tumba. Usted sí que la quería. Bien, le hago caso, sigo leyendo.
Le interesa.
«Éstos presenciaran tu huída
hacia el caos por la ambición de vida». Se refiere a sus hijos.
Eran pequeños dice. No supo llevar casa, trabajo y crianza. Que se
siente culpable. Que se iba de copas para recuperarse. ¿Lo consiguió?
Recuperarse, hombre. Sí. Me alegro. ¿Sigo?
«Tu reino se irá a pique y ante
la escasez, tu nuevo amor decidirá salvar los restos». Que no
llega a final de mes. Como «toito quisqui». Pero aquí dice que su
amor salvará los restos. Ríe. ¡Que es fantástica administrando! Estupendo.
«Asediará a los intrusos y a convencerte llegará para que decidas
que lo conveniente es alejarlos». Ojú. Esto no sé cómo interpretarlo.
Habla que ella para sus adentros piensa que tus hijos son intrusos.
¡INTRUSOS! Hay problemas. Muchos dice. Que los típicos que dan los
adolescentes. Y ella, ¿qué hace ella? Que se comporta como una madre.
Los educa. ¿Está usted seguro de lo que dice? ¿Los educa? Sí, sí,
me afirma. Mire, que el libro no se confunde. Tenga cuidado. Yo sólo
le digo que tenga cuidado. Que Meet es un sabio. Hablar de intrusos
es muy fuerte.
«Los infantes tomarán vuelo
de lujo engañados con estratagemas». Increíble. Le cambió la cara.
¿Qué pasa? Que se van a aprender idiomas a Inglaterra. ¿De quién fue
la idea? ¿De ella? Maldita manipuladora. Perdón, me he pasado. Le
escucho. El inglés es imprescindible. Deben dominarlo. ¿Lo ve? Lo
ha convencido con una estratagema. Lo siento mucho. Sí, sigo leyendo.
«Uno de ellos se dedicará a separar los dos continentes que forman
tu imaginada feliz nueva vida. Se lo tragarán los mares. Al otro descendiente
nunca lo volverás a ver. Ofrendará con los oros que le salvaron su
vida a causas perdidas, martirizándote». Aquí se acaba por hoy.
No le leo más a Meet. ¿Que si tengo papel y boli? Sí. ¿Se lo dicto,
señor? Buenas tardes. Adiós. Oiga. En las anotaciones de Meet vienen
estas palabras claves: Atamante, Hermes, vellocino de oro, Helesponto.
Se lo digo por si quiere investigar. Yo lo haré. Por si viene de nuevo.
Para la próxima cita cobro 100 euros. Una ayudita para llegar a final
de mes, ¿sabe? Adiós señor.
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SILVIA
LÁZARO DÍAZ,
nace en Barcelona y vive
en Málaga. Ejerce como funcionaria maestra desde 1985 hasta el 2004,
momento en el cual el azar hizo que decidiera dedicarse a las letras
y a las artes de forma plena. Sus escritos: novelas, relatos cortos,
poemarios, entre otros. Pertenece a un
grupo de escritoras asociadas, el grupo ALAS, al que se unió siguiendo
el espíritu de uno de sus personajes creados: Blanca y su red de bandoleras.
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Web de la autora:
http://silvialazaro.blogspot.com/
@
slazarosur[at]yahoo.es
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Ilustración relato:
Astrological signs, By w:Johann Daniel Mylius (http://kabbalah.mirbb.net/t203-topic)
[Public domain], via Wikimedia Commons.
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