Conquista
Roxana
Heise V.
El parque los rodeaba
en un marco de silencio, extendía sus siluetas junto a los rayos estivales
diseñados por los árboles, mudos de circunstancias.
—Dilo otra vez —dijo ella
ruborizada.
—¿Qué cosa ¿ ¿Lo del amor?
—Sí, lo del amor.
—Yo jamás dejé de amarte.
—Repítelo otra vez.
—Que siempre te amé.
—Una vez más.
—¡Siempre te amé¡ —gritó
él vigorosamente, mientras ella sonreía complacida ante la voz viril
que la importunaba, dejándola apenas pronunciar: yo también te amo.
Mi niña bonita musitó él,
con un dejo de temblor. Tanto tiempo ha sido nada. Ahora es lo que
importa. Cogió su mano pecosa y acarició sus brazos hasta alcanzarle
el hombro. Esto es vivir, le dijo y sonrió. Ella no sabía si reír
o llorar, cuando él tocó sus cabellos tímidamente hasta recorrer una
a una, las canas derramadas entre los dedos ajados.
La humedad de sus pieles se evaporaba en el ciclo
transcurrido, como si todo fuera un bastón que se dejó caer sobre
el césped, cuando las miradas se proyectaron bajo los párpados caídos
y se toparon con las arrugas que surcaban los rostros, como flechas
de apaches en la conquista del tiempo, negándose a morir, entre un
ir y venir de caricias torpes, oídos sordos y palabras bullantes,
como promesas añejas a punto de concretarse.
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roxanaheise[at]vtr.net
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Este relato fue leído
en directo el día 21.03.2005, en el programa
Al borde da la frontera,
RADIO CARCOMA - 107.9 FM
(Madrid)
ILUSTRACIÓN RELATO: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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