Cuando un sentido das a cada
prenda,
y a humanidad te huelen los harapos,
y el traje más usado ese prefieres,
¡te mueres!
S.T.
ya te has ido
triunfante de monstruos voladores,
del dragón y del saurio, del reno y del bisonte.
sabedora de caminos,
y con versos retadores
escritos en pergaminos.
ya te has ido, y sin embargo
tu frente se ilumina,
tu boca se dibuja
tus ojos parpadean y... me miran!
Luego, desapareces
y cierro yo mis ojos
dejando tu libro al filo
de los dedos que te sueñan.
Ya te has ido
¡Oh, marzo mío! Tú me perteneces.
Te llevarás mi aliento cuando muera.
y la savia de marzo no te espera,
en marzo, en cada brote, reverdeces.
Ya te has ido.
La diosa de la Razón ha huido.
La luminaria de todas las grandezas,
la de más alto continente.
La rosa del balcón se ha desprendido,
el cactus ha perdido asperezas
y ha dejado su sol al invidente.
Ya te has ido.
El aire trae otros ecos,
otro rumor distinto al de los campos.
Otras estampas, otros versos
que me dictas, y son tantos
que solo caben de perfil
en mis estantes de llanto.
Ya te has ido.
Mi madre no me dijo,
que otros ojos habrían de crecerme
tan llenos de memoria
como mis manos recuerdan tus manos
y el roce de tu pelo albo mis dedos.
como mis ojos tu risa mirada
como mi dolor tu cuerpo lacerado.
Ya te has ido.
Adiós, piedra animada por cincel.
Adiós violetas, jaras y tomillo.
Laúd. Violín. Trompeta. Caramillo.
Cromático latido, ¡adiós, pincel!
Adiós a tu bolero de Rabel.
Adiós a tu presencia, adiós al brillo.
Ya tu ausencia me clava su cuchillo,
me esculpe cicatrices su cincel.
Ya te has ido.
Ama la tierra y el azul del cielo.
En sitio de montaña, donde brote
un purísimo arroyo llena el vaso
Pero no puedo ver. Tú eres el velo,
la ausencia de tu amor es el azote
del inmenso dolor en que me abraso.
Ya se ha ido.
Desde que ella murió
se me fundieron todas las estrellas.
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(*) NOTA: Los versos que figuran en
cursiva son citas textuales de versos de la obra de Sagrario Torres.