Le pido al vino que deje de ser perfecto,
que no se parezca tanto a mí, de noche.
Que no me proponga, camuflando sus aromas,
conducirme por círculos repetidos y angustiantes,
ya que todos saben que existo
y no soy Dante.
Soy Carlos Llontop, pero este Virgilio,
diestro en la persuasión, me convence siempre,
abandonándome luego
con una resaca espantosa.
Sin Beatriz ni cielos.
Sin Dios ni sueños.
Y vuelvo otra vez por ese infierno,
ahora que ya no estás,
a brindar en la mesa del abstemio
a ganarle en valor a los toreros
a jugar mi fortuna al dos y al cero.
Sé que es el poeta de mi muerte
pero le cuida muy bien las velas a mi insomnio
Cómo olvidar entonces, que detrás de ese corcho testarudo
se esconden los placeres y la suerte.
Le pido al vino que deje de ser discreto.
que no me deje pecar
que no me sienta morir
que no me vaya a matar
que no te deje vivir.
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CARLOS LLONTOP
cuenta actualmente 27 años y es editor asociado de Primera Fuente
(asociación civil peruana dedicada a temas artísticos y culturales).
Estudió periodismo en la Universidad Católica de Lima y publicidad
en Buenos Aires. Actualmente radica en Houston donde está terminando
su primera novela Aarón y Ewa.
Contactar con el autor: carlosllontop[at]hotmail.com
Ilustración poema: Fotografía por
Pedro Martínez ©