Cuando yo encuentre la barca no me
entierren
No me entierren, no me entierren
¿qué haré yo en el cementerio?
¿qué haré yo solo en medio de tantos muertos?
Venceré a la muerte, antes de que ella me perciba
Así la venceré del único modo que puede ser vencida
Yo iré en busca de la barca
Cruzaré ríos y beberé la espuma feroz de los remolinos
Mi sombra azulará la sombra negra de los mares
Mi voz duetará con el trueno y el fragor de los volcanes
Carontillo, Carontillo, yo veré a la eterna Juana
y gozaré del escándalo que hará en tu barca
Cuando yo te encuentre
que no me entierren, que no me entierren
¿qué haré yo en el cementerio?
¿qué haré solo en medio de tantos muertos?
¿No he cumplido acaso ya mi pena?
¿No he estado, acaso, vivo?
Carontillo, Carontillo
Juana y yo seremos tu pesadilla en la barca.
Yo te alcanzaré
Entregarme a ti, sin ser seducido
es vencerte
Adelantarme a tus designios alcanzando la sombra ingrávida
es someter tu sometimiento
No me alcanzarás, yo te perseguiré
dejando huellas en la roca mustia y en el verano caliente
Tejeré argollas de hierro con los pálpitos del miedo
Mi alma será almácigo de tormentas
en la noche de luceros
Las hojas secas se reirán de tus siglos de ceniza
La música del viento entonará la jarcha infame
Arrebataré con mis manos firmes la capucha abusante
y descubriré que tu rostro es el rostro de la nada
Desahogará en ti el gorjeo tembloroso del ruiseñor cautivo
Y su canto de luces será una marcha melosa de triunfo.
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Contactar con el autor: blacutt[at]quazarsys.com
Ilustración poemas:
The Garden of Earthly Delights right panel, Hieronymus
Bosch (circa 1450–1516) [Public domain], via Wikimedia Commons