Callados,
Tristes,
Arremolinados contra el frío,
Llevados y traídos por vientos que no les pertenecen,
Enfermos de un hambre que no se cura con poemas
Ni canciones de alabanza a sus virtudes.
Enarbolan el estandarte de la ira
Aunque no puedan gritar, ni sepan como.
No comprenden en qué lugar quedó sepultado el milagro que no esperan,
Ignoran el placer de recibir un regalo,
Saben de vidrieras y luces encendidas.
Hijos de la calle,
De las sombras,
Hijos de nadie,
Del olvido
Si algún día —al fin—
Se abren las puertas de la gloria
Pasarán antes que todos.
Ocuparán el sitio de los elegidos.
Pero hasta entonces...
¿Quién los llora?
Luces y sombras
La Habana, cuando anochece
Es bella como nunca.
La noche habanera es especialmente cálida,
Sus calles se tornan silenciosas, vacías,
Mas si nos acercamos al mar,
La brisa nos trae voces de leyenda,
Gritos de náufragos,
Cantos de sirenas.
La Habana de noche,
Cuando hay luz
Es una fiesta.
Es mi París, mi Londres, mi Venecia.
Es las farolas mortecinas,
Los portales vigilados,
Los pasos sigilosos del ladrón de besos,
Los anuncios donde siempre faltan letras
Iluminando tantas tendederas.
Es la alegría de estar vivos,
De celebrar sin tener necesidad de más pretexto que
La música que escapa de una ventana,
Ensordeciendo el acelerado paso de las horas.
La Habana de noche,
Cuando no hay luz,
Depende de las fases de la Luna.
Es mi reino encantado,
Mi Nunca Jamás,
Mi Oz, mi Ofir,
Mi Vía Láctea,
Sinfonía de sonidos en misterio,
Pálidas luces en el interior de las casas,
Provenientes de quién sabe cuántas velas,
La búsqueda del sueño que se niega a visitarnos
Mientras las horas parecen detenerse.
La Habana, al caer la noche,
Entre luces o en penumbra,
Es salir a los balcones,
Con esa taza de café que nos compensa del cansancio,
Huyendo del calor,
A contemplar caminos trazados por estrellas fugaces
Olvidando casi siempre,
Que debíamos haber formulado aquel deseo:
«Por favor, Dioses que rigen mi destino,
No me aparten nunca de ella».
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Así habla la autora sobre
sí misma:
«Mi
nombre es María Ernestina Rojas Tamayo, pero por suerte todos me
llaman Marié. Soy cubana, vivo en Ciudad Habana, en el barrio de Miramar,
y desde mi balcón se ve una puesta de sol que envidiaría el Pequeño Príncipe.
Nací el 23 de mayo de 1963 a unos dos kilómetros de la casa donde ahora
vivo con mi esposo y mis dos hijos Sarah y Ray, así que como ven, he viajado
poco. Me gradué de Economía de Comercio Exterior en el año 1985, pero
apenas tuve tiempo de ejercer mi carrera, pues me tocó un hijo genial
que me tiene corriendo de un evento a otro. Parece que algo heredé de
él, porque cuando nació mi segunda hija, hace poco menos de tres años
y me vi de nuevo confinada al hogar, me dio por escribir. Como resultado
de esto tengo terminada una novela autobiográfica, Ecos y sombras,
y un montón de cuentos sueltos. Siempre he dado apoyo a la literatura
hecha por jóvenes creadores, he asesorado y sido miembro del jurado de
algunos concursos nacionales y colaborado con talleres literarios infantiles.
Me interesa mucho que se promueva su obra por todos los medios. He realizado
con mi esposo Raimundo Respall algunas investigaciones en el campo de
las llamadas religiones afrocubanas.
Como resultado tenemos terminados dos libros:
una compilación de leyendas sobre Eleguá -dios del destino- y Edidí, recetas
para amar y desamar. Con él también trabajé en el libro Arte Choco.
Soy aficionada a la fotografía, algunos de mis trabajos han sido publicados
en ocho antologías en los EE.UU. Dos cuentos cortos míos aparecen en
Yoescribo.com, soy colaboradora de la revista electrónica de La
Coruña LapriNitiva.com, fui finalista del premio Ana María Matute
y soy administradora adjunta del Círculo Literario de las Letras Hispanas,
donde también aparecen varios de mis textos y fotografías. Mantengo una
sección semanal en La Blinda Rosada —fundación de poetas— llamada
«El rincón de los niños cubanos», a donde envío cuentos de los niños con
quienes trabajo. Soy asesora de la revista La edad de oro en nosotros,
confeccionada totalmente por niños y jóvenes de 6 hasta 18 años».
Contactar con la autora: tgrafica[at]cubarte.cult.cu
Ilustraciones poemas: Dibujos por Raimundo Respall ©
* Puedes ver Caritas, una muestra de fotografías de la autora,
en Almiar,
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