ALMIAR

Margen Cero

Biblioteca de poemas
1.ª época (enero de 2005)
Selección: Antonio Alfeca


ARNALDO SEJAS



Arañas



A veces siento arañas escalando por mi pecho.
Negras, grandes, con culos gordos y colmillos brillantes.
Gotas de veneno que ruedan y terminan en mi ombligo.
Esperan para atacar, acampan en mi cuarto y acechan.
Susurran órdenes y de vez en cuando alguna se subleva,
marchando sola y ciega de odio y horror.

Al final de todos sus planes está mi cuerpo, bañado en la luz amarilla del velador.
Y no necesitan medallas ni banderas para hacerse de valor.
Es su naturaleza (pero podría ser algún tipo de conspiración)
Aunque una sola no basta para un paranoico como yo,
siempre atento a cualquier movimiento en los pliegues de las sábanas.
Y también soy despiadado, después de todo es mi cuarto,
y ellas lo quieren.
con o sin mí.

La dejo acercarse, casi siento esa piel rugosa y fría,
aunque está claro que no tiene ninguna chance, está sola y enfurecida,
cree que no la vi, se confía,
como todos los suicidas no cuenta con ningún margen de error.
Es rápida, no puedo negarlo,
pone en esto toda su experiencia de araña.

Mas no es suficiente,
descubre tardíamente que el final estaba a unos centímetros de distancia.
Recorro el camino desde el cenicero a ella en unos segundos.
Seis lagrimas ruedan de algunos de sus ocho ojos.
Solitaria y rebelde, muere debajo de la contratapa de algún libro.
Luego la empujo fuera de mi territorio, al otro día estará seca y muerta.

Escuché la ceremonia al soldado desconocido en sueños.
No hubo ningún juicio en absoluto.
Ahora ya no cuenta, rebelde o desquiciada,
«es un ejemplo» dijo la que consideré el líder.
Marcharon en fila alrededor del cadáver, fue una buena tregua,
para ellas y para mí.

Por hoy podremos descansar a ambos lados de las trincheras.
Ellas en cada sombra del cuarto,
yo en cada sombra de demencia.
Insomnia y culpabilidad
es lo que me roba el sueño.
Y ellas le dan un sentido a estas noches en vela.


Ella sabe


Vos podés dejar que el día se vuelva despacio, como extrañando el sueño a las 7:00 a.m./
Mirás por la ventana dejando que tus ojos sean niños jugando con barcos de papel bajo la lluvia./

Yo observo./
Nada es tuyo, pero dominás la situación./
En una mina de carbón nunca serías el canario./
Yo te seguiría./
Amar las flores es para gente fácil de conformar./

Vos sabés que es bueno, no intentás arrebatarte, tomás lo necesario y lo dejás resbalar por tus labios./
Yo nunca te regalé flores (sería un insulto)/

Cuando tus piernas avanzan el mundo se vuelve efervescente, todo lo que recuerdo es saber que tengo/ demasiado./
Una caricia como de amantes, sos la única con el secreto./

Yo soy afortunado./
Nada que me haga el mundo puede quitarme tus labios./
Ni accidentes./
Ni incidentes./
Ni la gente./
Ni el dinero./
Tengo una mujer que sabe el secreto, tengo más de lo que merezco.../

shssssss.../
(ella no debe saberlo...).

Margaritas


Me quiero desperezar de todas las desgracias.
No quiero pensar en el ciego que no ayudé a cruzar la avenida.
Me quiero entregar a todos los placeres.
No quiero negar que me gusta cuando ella es sucia.
Me quiero deshacer de todas las verdades.
No quiero más promesas envueltas en mentiras.
Y después, cuando el sol muera, avergonzado de todo lo que debe mostrar...
...sólo quiero deshojar una margarita.
(Sin penas nadie gana mi amor)

Me quiero tatuar el número de documento.
No quiero responder una pregunta más a la policía.
Me quiero reponer de todas las resacas.
No quiero que sepan que pago mis sonrisas.
Me quiero suscribir a algún curso de ortografía.
No quiero que digan que nunca lo intenté.
Y después, cuando ella entre en mi estudio y encienda sus ojos espías...
...solo quiero el viejo «Me quiere, no me quiere».
(Sin apuestas nadie gana mi amor)

Me quiero dormir antes del comienzo del día.
No quiero sufrir más mañanas de golpes en el piso.
Me quiero tomar una botella de buen whisky.
No quiero que me acuses de avaro.
Me quiero invitar al caos.
No quiero que pienses en bailar.
Y después, cuando la música nos cubra sin demoras, innegable y fortuita...
...sólo quiero asesinar una margarita.
(Sin pecado no hay perdón)




ARNALDO SEJAS es natural de la ciudad de Necochea (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Su talento a la hora de reflejar lo cotidiano le hace acreedor a su publicación en Mar de Poesías.

Contactar con el autor: Ellarvarecords[at]hotmail.com


Ilustración poemas: Kodak Instant 1980; foto Augusto De Luca - c
by Augusto De Luca - Licensed under CC BY-SA 2.0 http://www.flickr.com/photos/57037176@N04/8722832526/sizes/l/in/photostream/.
Via Wikimedia Commons.




Sumario de Mar de Poesías (N.º 20 - enero de 2005):

Abdul R. Memon · Alberto Montero · Antonio Luna Reche · Arnaldo Sejas · Avelino Gómez · Beatriz Ruiz Páez · Carolina Hodgson · Cristina Bosch · Daniel Montoly · Domingo Ramos · Edgar Ramírez · Fernando Vargas · Graciela Pucci · Hugo Santander · Humberto Botana · Iván Oliver Rugeles · Juan José Sandoval · Jesús Sánchez Payán · Karina Sacerdote · Mario Meléndez · Marta Sepúlveda · Omar Rojas · Raúl Heras · Sary Oliva · Sofía Serra · Susana Duro




Estos poemas fueron publicados en el n.º 20 de la Revista Almiar - ISSN 1695-4807
(enero de 2005) - Margen Cero™ es socio fundador de A.R.D.E.
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