La cama II
Basta con imaginarte
al costado de mi cama
con tu rosada expresión,
y sé que puedo
amordazarte porque
soy el amante de la
sombra,
pero en mis vicios de
ejecución me plenas a
la despedida sellando
con imágenes la puerta.
Tú que me propones cadenas,
tú que eres solitaria de amor
te estremeces y me extraes
a borbotones desdoblándome
en la luz,
sacando la súplica gutural
que arranca de mi garganta
otro «te quedas».
Tus preciadas y apocalípticas
clavijas para adornar
la fuente.
He amado de nervioso
a irracional,
sensible a tu gesto,
sensible al ritual,
sobre tu corazón que palpita
acelerándome.
Déjame el rito,
los artificios de este paraíso
hecho con la textura de la cama,
con el bordado de tu piel,
para avanzar en los contornos,
súbito,
trepidante.
Soy el insatisfecho que
repite tu boca,
que idolatra el mortífero
infinito de tu pasión sobre
mi cuerpo,
desanudándote,
con el espejo de tu alma
el horizonte por la ventana.
Desde la mas pretendida
posición de nuestra almohada
suspirar.
Y quedo sin mundo
y contigo toda...
Contactar con el autor: juancarlosvasquez72[at]hotmail.com
Ilustración poema:
Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
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