Y hoy... ¿qué?

por Antonio García Francisco

Amables lectores, vengo yo desde hace unos días buscando con qué entretenerles en esta ocasión y lo cierto es que me encuentro en plena sequía de ideas.

Mi primera intención era abrumarles con una serie de chistontos, de esos del tipo “doctor, doctor” o “mamá, mamá”, pero sería romper con la racha que traemos últimamente de juegos de ingenio representados por adivinanzas y paradojas. No es mi idea tocar el tema hoy a pesar de que tengo una carpeta repleta de ellas preparadas, pero sí vamos a continuar con el mismo estilo.

Bien, menos preámbulos y al grano: he decidido meterme en un berenjenal del que ahora mismo les aseguro, pacientes lectores, que no sé cómo voy a salir. Aviso: no es exactamente “humor”, sino más bien pasatiempos lo que vamos a ver.

Y no vamos a ver un enigma: vamos a ver EL ENIGMA.

Adelante. Trataré de ser breve, conciso y ameno. Cuando realizaba el curso de práctica jurídica, un magistrado del Tribunal Supremo nos decía que los escritos habían de entenderlos los niños de nueve años para que pudieran entenderlos los jueces (¡perdón, no quiero ofender a los amables lectores llamándoles jueces, pero sí les considero los jueces de mis escritos!). El asunto que traigo probablemente sea conocido por muchos, pero también puede que algunos no hayan oído hablar de él.

La historia es larga y complicadísima, de ahí mi pereza para abordar su narración, pero lo voy a tratar casi de manera telegráfica. Al final daré alguna bibliografía y unas referencias en la red para quien quiera profundizar en el asunto (y perderse en un laberinto de aspectos, añado. Cuidado, que el fondo es muy complicado).

Resulta que a un pueblecito de Francia, Rennes-le-Château, la antigua Rhedae de los visigodos, llegó en junio de 1885 un cura de treinta y tres años, Bérenger Saunière, castigado por su obispo a permanecer en ese pueblo por motivos de orden interno, que diríamos hoy en día.

El caso es que este cura no tenía sueldo y había de subsistir de la caridad de sus vecinos y de lo que cazaba. Al poco tiempo de llegar a Rennes-le-Château inició unas obras en la pequeña iglesia visigótica de la población y se dice que en el transcurso de las mismas halló ocultos en un pilar hueco del altar unos pergaminos escritos en clave cuyo mensaje le permitió vivir mejor que un emperador, llegando a gastar en obras una cifra muy superior a tres millones y medio de euros de aquella época (calculemos aproximadamente unos mil millones de euros de hoy en día).

Los mencionados pergaminos desaparecieron, junto con varias lápidas con raras esquelas del cementerio del pueblo. También hizo nuestro cura cambiar de lugar varias sepulturas y mandó esculpir extraños mensajes en la puerta de la iglesia, en cuyo recinto realizó obras a cuan más extravagantes y enigmáticas. Pero quedaron copias fotográficas de los primeros y algunos registros de calcos de las segundas.

El caso es que hace unos 40 años un investigador inglés, Henry Lincoln, descubrió la clave para descifrar los pergaminos. El resultado fue sorprendente.

Los documentos, ambos escritos en latín, se pueden ver en: http://www.gradale.com/rennes.htm

En ellos, podemos encontrar un texto procedente del Nuevo Testamento, concretamente Marcos 2, 23-28, que dice más o menos:

23 Y aconteció que pasando él por los sembrados en sábado, sus discípulos andando comenzaron á arrancar espigas.
24 Entonces los Fariseos le dijeron: He aquí, ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?
25 Y él les dijo: ¿Nunca leísteis qué hizo David cuando tuvo necesidad, y tuvo hambre, él y los que con él estaban:
26 ¿Cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiathar sumo pontífice, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino á los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?
27 También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado.
28 Así que el Hijo del hombre es Señor aun del sábado.

Nota: El texto es de la Vulgata Latina; yo no lo he traducido, sino que lo he tomado de la Biblia Reina-Valera antigua.

En el pergamino las líneas acaban de modo aleatorio, al igual que en varias de las lápidas del cementerio destruidas por Saunière, y se observan algunas letras un poco más elevadas que las demás: ¡esa es la clave! Leyéndolas sale un mensaje:


Línea 2:     a     d    a

Línea 3:     G     o

Línea 4:     b

Línea 5:     E     R   T

Línea 6:     I    I

Línea 7:     R    O    I

Línea 8:     E    T    a

Línea 9:     S    I    O    N 

Línea 10:    E   S    T    C    E    TR

Línea 11:    E   S    O   R

Línea 12:    ET   I   lES

Línea 13:    T

Línea 14:     l    a     m    O   R   T.


La interpretación de este mensaje no es tan sencilla como parece a primera vista porque no tiene tildes, lo cual deja margen a diferentes versiones, por ejemplo:

A DAGOBERT II ROI ET A SION EST CE TRESOR ET IL EST LA MORT

Puede leerse:

“De Dagoberto II Rey y de Sión es este Tesoro y él está aquí muerto” (¿el rey?)
“De Dagoberto II Rey y de Sión es este Tesoro y está aquí inmovilizado” (¿el tesoro?)
“De Dagoberto II Rey y en Sión es este Tesoro aquí durmiente”

“De Dagoberto II Rey y de Sión es este Tesoro, y él es la muerte”.

Curioso, ¿verdad? Pues no se pierdan el otro mensaje de los pergaminos:

El cifrado es mucho más difícil, el descifrado también. A primera vista, no es sino un amasijo de letras sin sentido; la palabra Jesús sugiere que es un texto legible, pero no es así, pues las letras siguientes, sin espacios ni signos, no forman palabras.

Pero un culto latinista puede darse cuenta de que esas letras constituyen un texto en latín, al que se han añadido gran número de letras sobrantes e intercaladas por todas partes, y lo corrobora así la elevada frecuencia de letras dobles. Obviamente, hay que prestar atención a los caracteres intercalados. Estos caracteres, sometidos a determinadas sustituciones literales y a movimientos de caballo de ajedrez. No valen ordenadores porque la sustitución se corresponde con un texto libre elegido por quien codificó el mensaje. La clave fue hallada por Lincoln (cito web) viene a decir:

BERGÈRE PAS DE TENTATION QUE POUSSIN TENIERS GARDENT LA CLEF PAX DCLXXXI PAR LA CROIX ET CE CHEVAL DE DIEU J’ACHÈVE CE DAEMON DE GARDIEN AÀ MIDI POMMES BLEUES

Lo cual, traducido literalmente, dice:

PASTORA NO HAY TENTACIÓN QUE POUSSIN TENIERS GUARDAN LA LLAVE PAZ 681 POR LA CRUZ Y ESTE CABALLO DE DIOS YO ACABO (O REMATO) ESTE DEMONIO DE GUARDIÁN A MEDIODÍA MANZANAS AZULES.

Y aquí entra un nuevo misterio: los cuadros de Nicolás Poussin de los que el cura Saunière compró copias en Paris antes de hacerse multimillonario.

Y otros misterios más: la firma del primer documento son las iniciales P-S, las cuales corresponden al Priorato de Sión. La firma del segundo documento está clara: NO-IS, SI-ON escrito al revés. El triangulito que aparece en la parte superior izquierda del primer documento puede ser prolongado idealmente y ver los nuevos mensajes cifrados que van apareciendo. En el cuadro de Poussin titulado Los pastores de Arcadia se ve a unos pastores tocando una tumba en la que se lee “ET IN ARCADIA EGO” (curiosa frase sin verbo, luego sin sentido, aunque se traduce por YO TAMBIÉN HE ESTADO EN LA ARCADIA, si bien hay quien lo considera como un anagrama formado con las letras de la frase I TEGO ARCANA DEI, que significaría algo así como ¡APARTA, YO OCULTO LOS SECRETOS DE DIOS! ...

Pero eso, junto a los misterios del Priorato de Sión, de Rennes-le-Château, de Ville Bethanie, etc., etc... se lo dejo al paciente lector. Yo solamente le he indicado un camino, ahora sígalo él por sus medios con la ayuda de la herramienta que le dejo en forma de Bibliografía. Un aviso. Créanme: cuanto más se avanza, más se complica. Llevo años complicándome la vida con este asunto.


Saludos cordiales,


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BIBLIOGRAFÍA


Para iniciarse: LA VERDADERA TUMBA DE JESÚS, de José Antonio Solís, El arca de papel Editores, 2001.
Para investigar y distraerse:
LA TUMBA DE DIOS, EL CUERPO DE JESÚS
Y LA SOLUCIÓN A UN MISTERIO DE 2000 AÑOS
, Richard Andrews y Paul Schellenberger, Ed. Martínez Roca, 1996.
Para complicarse un poco más, aunque no mucho:
EL ORO DE LOS TEMPLARIOS. Maurice Guinguand, Beatrice Lanne, Ediciones Apostrofe, 1995.
Para conocer más:
EL ENIGMA SAGRADO, M. Baigent, R. Leigh y H. Lincoln, Ed. Martínez Roca 2000.
Libro del mes que tiene cierta lejana relación:
EL CÓDIGO DA VINCI (novela), Dan Brown, Ediciones Urano, S.A., 2003.
La mejor web (en portugués), la de Bernardo Motta: http://bmotta.planetaclix.pt/rennes-le-chateau.html
Una sencilla: la de un amigo de templarios.net: http://sirauras.iespana.es/sirauras/ leyendas/rennes.htm
Otras: utilizando Google, basta teclear «Sauniere». Los resultados son sorprendentes:




Artículo publicado en Revista Almiar, 2003. Reeditado en junio de 2021. Se ha procurado mantener el estilo de diseño de la web original.

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