Empezar
Separando las paredes mudas
para incrustar una voz.
que reclame
Que deshoje los pétalos fríos
del perpetuo callar.
Y en la yerma soledad
De las palabras,
Ser llovizna de luz,
Garúa que humedece
el arenal.
Poblarlo de perfumes,
carbones encendidos
Carámbanos pendientes
del cielo que no vemos.
De ese cielo prohibido,
que se levanta cada día
sobre la vida nuestra.
Y la sofoca,
devorando sus notas
sin que nadie reclame.
En un pacto de miedo
En silencio.
Desvelo
No llegan a las riberas de mis ojos
los sedientos antílopes del sueño.
Y el tiempo
se desliza,
agonizante, sin apuro.
Río de estrellas en el cristal del cielo,
pero en la cárcel de mi sentimiento
ni una gota de luz.
Es la desesperanza,
un hilo de frío enroscado en el alma
Es sentir que todavía
todos los besos que no pude darte
Viven en mí, circulan en mis venas
Como en la savia del trigal persisten
esos latidos que no fueron espigas.
Y se estremecen, se debaten callados,
dolorosos y oscuros,
en esta noche de insomnio
que ya se marcha
con la luz del alba.
_________________
Lucía Amanda Coria
Vive en San Luis,
Argentina. Es licenciada en Enseñanza de la Economía y se desempeña como
docente en el Nivel medio y superior. Tiene reconocimientos por su tarea
literaria a nivel internacional y se halla comprometida en la problemática
de los enfermos mentales.
Contactar con la autora:
aurandaluz[at]hotmail.com
ILUSTRACIÓN POEMAS: Fotografía por
Pedro M. Martínez ©
|