fundición de cobre en Chile

El cobre chileno

Para analizar la historia reciente de Chile debemos fijarnos en el contexto geográfico en que se encuentra el país; las naciones iberoamericanas alcanzan la soberanía a lo largo del siglo XIX al independizarse de las antiguas metrópolis de la península ibérica. Sin embargo, se trata de una independencia ficticia ya que la sumisión económica e incluso política con respecto a los Estados Unidos, convierte la región en un satélite de las decisiones que se toman en Washington.

El sector agrícola ha sido históricamente el motor de la economía iberoamericana en el que nos encontramos con dos grandes problemas: el latifundismo o estructura de grandes propiedades que hace que la propiedad de la tierra esté en muy pocas manos y el monocultivo de productos que impide la diversificación que atenuaría los movimientos especulativos en los mercados internacionales. Las soluciones adoptadas como la reforma de títulos de propiedad iniciada por el gobierno guatemalteco terminó con la invasión de Castillo Armas, dirigida desde Washington en defensa de los intereses económicos de la compañía norteamericana Union Fruit Company.

Los grandes problemas no son sólo económicos, el analfabetismo, las condiciones sanitarias, la vivienda, etc... suponen una serie de carencias básicas que nos sitúan en una región de alto subdesarrollo del que no se salvan ni teóricas potencias como Argentina que todavía estaba sufriendo la primer gran crisis económica del siglo XXI.

El empobrecimiento de Chile

Este escenario es el que nos encontramos en Chile, donde el cobre tiene un protagonismo especial al ser un producto clave para la economía occidental. Al contrario que en el caso cubano, ruso o chino, en Chile la izquierda accede al poder a través de la victoria democrática en las elecciones presidenciales de 1970 ganadas por la Unidad Popular de Salvador Allende, que proyecta un programa revolucionario desde el respeto a las instituciones y a la Constitución y con el firme propósito de transferir las riquezas nacionales al pueblo chileno.

Las dimensiones económicas del cobre chileno son tales que los beneficios de las compañías norteamericanas habrían ganado el 40% de la riqueza total de Chile en el período de 1930 y 1969, gracias a la explotación a precios ridículos del mineral chileno. Sólo entre 1943 y 1944 el estado chileno perdió 500 millones de dólares por la diferencia entre el precio de producción y el de venta que superaba en más del doble a lo ingresado por las arcas chilenas. Los tímidos intentos de nacionalización del cobre por parte de los gobiernos de derechas anteriores a Salvador Allende se saldaron con la creación de sociedades mixtas que incluso aumentaron los beneficios de las multinacionales norteamericanas, gracias a las exenciones fiscales y al sobreprecio pagado por el gobierno chileno por las acciones de las sociedades mixtas.

La radiografía del país en 1970 es, por un lado, la de los monopolios controlados por el capital norteamericano y por otro lado una gran mayoría de deprimidos especialmente entre los campesinos y los trabajadores. La coalición de la Unidad Popular que representa este amplio sector de la población en el que se unen tres partidos, el socialista, el comunista y el socialdemócrata, con el apoyo del partido radical y de organizaciones sindicales, industriales, artesanas y campesinas, consigue una movilización general en las elecciones generales lo que hace de Salvador Allende el candidato más votado, auque sin conseguir la mayoría absoluta, lo que abre todo un proceso de negociación con los democristianos representados por Radomiro Tomic que termina con el nombramiento como presidente a Salvador Allende, por parte del Congreso chileno. Dicho proceso de elección intenta ser dinamitado por las multinacionales norteamericanas y de la propia Agencia de Inteligencia Norteamericana (C.I.A.), así como por los militares chilenos que llegan a asesinar al general Schneider dos días antes del nombramiento de Salvador Allende, ante las reticencias del general a dirigir un golpe militar.

La revolución democrática

El programa de la Unidad Popular era todo un misil en la línea de flotación del dominio de las multinacionales y de las familias más poderosas al postular la nacionalización de minas, bancos, monopolios, así como una profunda reforma agraria y un programa social igualitario. Estas reformas y la solución de la crisis económica y social sólo es posible si los ingresos de la explotación del cobre se quedan en las arcas chilenas, por lo que se procede a la recuperación de las minas chilenas en manos de sociedades norteamericanas como la Anaconda, Cerro Corporation o Kennecott.

Pero todos los proyectos de nacionalización provocaron la oposición de la derecha chilena que contaba con el apoyo ilimitado de los Estados Unidos, en general, y de algunas multinacionales como la I.T.T.,1 en particular. Así comienzan a organizar manifestaciones callejeras, huelgas patronales, como la de los camioneros que fue financiada desde los Estados Unidos, atentados, etc. La presión también venía del exterior con la negativa de créditos bancarios. La derecha confiaba en la destitución de Allende tras las elecciones parlamentaria de 1973, pero los resultados dan casi una mayoría absoluta a la Unidad Popular por lo que los militares golpistas comienzan a tomar posiciones dentro del Ejército desplazando a los militares que todavía respetan la Constitución y la voluntad del pueblo. Así, logran la dimisión del general Prats que es sustituido por el general Pinochet. Semanas después, el 11 de septiembre, el Ejército dirigido por Pinochet asalta el Palacio de la Moneda en un levantamiento general que acaba con toda una tradición democrática en Chile.

La ruptura del pluralismo democrático

El golpe militar, de ideología fascista, organiza la represión en campos de concentración y centros de exterminio en el que mueren alrededor de 15.000 personas en las primeras semanas y provoca el éxodo de cerca del 10% de la población chilena. Entre las primeras medidas tomadas por la dictadura, cuyo objetivo imperativo es cambiar la mentalidad de los chilenos según la Declaración de Principios que otorga todos los poderes a la Junta Militar, destaca la creación de la nueva policía política, la D.I.N.A., organizada con la inestimable ayuda del nazi Walter Rathenau. La represión se extiende a otros países como el caso de los asesinatos de Orlando Letelier en Estados Unidos y del general Prats en Buenos Aires.

El Estatuto de la Junta Militar convierte a Pinochet en Presidente de la nación concentrando todo el poder y promoviendo el culto a la personalidad del nuevo líder al estilo de Hitler o Mussolini en contra del pluralismo democrático que caracterizó la historia chilena hasta el golpe de estado. La dictadura chilena encuentra el apoyo en otras dictaduras sudamericanas llegando a organizar grupos de represión conjuntos como los famosos escuadrones de la muerte de la «Operación Cóndor».

El lento camino de la justicia

En 1990 comienza la apertura democrática, pero no es hasta 2004 cuando los tribunales chilenos están empezando a investigar las desapariciones, asesinatos, torturas y demás violaciones contra los derechos humanos ejercidas por la dictadura chilena. Desde España, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, lleva casi una década persiguiendo los crímenes de la dictadura chilena llegando a conseguir el arresto domiciliario de Pinochet durante una visita del dictador a Londres, que finalmente consiguió eludir tras semanas de detención pero que, además, de ser una pequeña victoria moral para las víctimas de la dictadura, permitió el inicio de la investigación, por iniciativa del senador demócrata por Michigan (EE.UU.) Carl Levin, de las cuentas secretas y el enriquecimiento ilícito de Pinochet y de otros altos cargos del Ejército chileno. Las cifras manejadas por el senador alcanzan la cifra de 100 millones de dólares. Desde el propio Chile se están iniciando diversas iniciativas para desenmascarar la fortuna ilegal del dictador, que se unen a los diversos juicios sobre los crímenes cometidos durante la dictadura chilena como el iniciado contra el ex jefe del aparato represor del régimen (DINA), el general Manuel Contreras, que ha supuesto la primera condena de la justicia chilena por el caso de la desaparición del miembro del grupo guerrillero MIR, el sastre Miguel Ángel Sandoval, detenido en 1975 por la DINA, siendo torturado y ejecutado en sus propios cuarteles haciendo desaparecer su cuerpo posteriormente. Contreras ya había sido enjuiciado como autor del homicidio del ex canciller Orlando Letelier en 1976 en Washington. La condena se une al fallo judicial que condena a la cúpula del servicio de seguridad que sucedió a la DINA en la década de los ochenta, la Central Nacional de Informaciones (CNI), por el homicidio de 12 integrantes del movimiento guerrillero Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en junio de 1987, durante la conocida «Operación Albania».

 


1
«Hoy he almorzado con nuestro contacto en la Agencia McLean (CIA) y he sintetizado para usted los resultados de nuestra conversación. Él todavía está muy, pero muy pesimista acerca de la derrota de Allende, cuando tenga lugar la sesión del Congreso en octubre, 24. Se continúa tomando contactos para reclutar miembros de las Fuerzas Armadas en un intento para que adelanten algún tipo de levantamiento... no hay éxitos a la fecha.

[...]

Prácticamente no se ha progresado en obtener alguna colaboración de los empresarios norteamericanos para llevar el caso económico. General Motors y Ford, por ejemplo, dicen que tienen demasiadas existencias en Chile como para correr cualquier riesgo y que mantienen la esperanza de que todo irá bien. También el Banco de América está de acuerdo en cerrar sus puertas en Santiago, pero cada día pospone lo inevitable. De acuerdo a mi fuente, debemos continuar ejerciendo presión sobre los negocios».

(9 de octubre de 1970. Documentos secretos de la I.T.T. Chile).

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Artículo por José Miguel Jiménez ©
· Ilustración
: Fundición de cobre en Chile, fotografía por Pedro M. Martínez ©

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(Revista Almiar - 2005 · Reedición de artículo: abril de 2018).

Sugerencias

sunday bloody sunday U2

Sunday bloody sunday (traducción al español)

cancion sobre el che de carlos puebla

Hasta siempre, comandante (guajira)


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    Revista Almiar (2001-2005)
    ISSN 1696-4807
    Miembro fundador de A.R.D.E.

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