Oscuridad (poema)

Oscuridad

poema por Clis

 

La soledad me viste con ropajes de moho
y de urdimbre viscosa, cual superpuestos velos.
Prolija se me adhiere como amante del muro
por encubrir la ausencia que agostarme pretende;
engañosa me puebla con carnaval de roles,
con máscaras que muestran sus cuencas ya sin vida,
con ropajes mortales que no son el que busco,
con sonrisas sensuales desde su sepultura.

Siento mil vibraciones que me abrazan, ansiosas
de inundarme de miedos, de angustias y tristezas,
pero entre medio de ellas, yo, como muerta en vida
solamente las siento sin que alguna me afecte,
sin temer que me apresen pues que vida no tengo,
sin seguir sus cadencias, ya que un muerto no tiene
sones que lo conmuevan ni ritmos que lo inquieten.

Y así en medio del cosmos, sin piso, techo o vallas,
dentro de este constante bullir de vibraciones
que se acercan y alejan por leves corredores
con sus danzas macabras, procurando espantarme,
pretendiendo reacciones que de algún modo logren
poseerme un instante por destrozarme toda;
imperturbable, huera, sin emoción alguna
acepto sus lamidos cual el tronco a las llamas.

Me siento inconmovible, me veo un pozo hueco,
un zombi sin su alma, el corazón sin vida;
un esqueleto abyecto con descarnada risa,
un robot que aún responde cual mecano preciso,
una cosa sin forma, un algo inalterable;
una irónica mueca, una maqueta fría,
un tonto jeroglífico trazado en el espacio,
un ruidoso silencio de notas no paridas.

Mas, en ese abstraerse que provoca el estarse
contemplando el espacio en que estás sin estarte,
sin encontrar sentido alguno a tu existencia,
sin preguntar siquiera, sin esperar respuestas,
me quedo regalada a aquellas vibraciones
pues en un punto interno, muy oculto y muy mío,
recuerdo que esta danza en la horrible negrura
no es más que otro artilugio de onírica presencia.

En tanto, sigo centro de este culto de sombras,
inconmovible espectro de orfandad y de ausencia
sin que se tense un ápice mi mortal estructura
que denote esta crisis que vivo en otro plano,
hasta el preciso instante en que torne conciencia
y me vuelva a la vida poseyéndome entera,
devolviéndole entonces sentido a esta existencia
que perdí al arrimarme a oscuridades pétreas
y amor volverá a serme el ritual que celebro.



CLIS es el seudónimo de una autora argentina elegido como homenaje a sus hijos, con cuyos nombres lo ha formado.
Contactar con la autora: mosodina[at]infovia.com.ar

ILUSTRACIÓN: Face of urban decay by Tomas Castelazo Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.



Mar de Poesías


▫ Poemas publicados en Revista Almiar, 1.ª época (junio-agosto de 2003); selección de poemas a cargo de Antonio Alfeca. Web reeditada en octubre de 2020.

Sugerencias

Hilo de oro

Hilo de oro (relato)

enlace aleatorio

Enlace aleatorio